4 de enero de 2010

Mis Ray Ban y Los Poderes del Más Allá

He perdido mis Ray Ban y tengo un disgusto tremendo, por que valen una pasta y además porque eran mis gafas, unas gafas vividas y por mucho que compre otras iguales nunca tendrán la solera de las mías. El caso es que esto de la perdida de mis gafas tiene miga, os voy a contar una cosa que me ha pasado hoy aún a sabiendas de que no me vais a creer o vais a pensar mientras lo leéis que estoy remadamente loca. Lo se, se que lo vais a pensar, ¡vamos que si lo se!, pero ya lo tengo asumido porque a todos los que se lo he ido contando hoy, veía que me miraban de una forma muy escéptica… Que me miraban como diciendo, a esta le han afectado los turrones navideños…Pero insisto, lo que me ha sucedido es real como la vida misma, así que el que quiera creerme que lo haga y el que no quiera pues que me tache de loca. Yo se que es cierto y es lo que cuenta, se que no me lo estoy inventando, así que para mi vale esta historia y es verdadera…

Pues esta mañana había quedado y como siempre llego tarde a los sitios, la verdad es que no se como me las apaño para no llegar jamás a la hora y que conste que lo intento y me lleno de muy buenos propósitos, pero luego llega en momento y al final surge algo que hace que llegue tarde sin remedio…

Estaba yo pues esta mañanita en mi casita, a punto de irme ya, cuando he ido a buscar mis gafas, como voy siempre a buscarlas cuando me tengo que ir. Bien pues he ido a todos esos sitios absurdos en los que ya se que dejo mis Ray Ban cuando llego a casa. Que si enredadas en mi braga de cuello o colgadas de un ojal de mi chaquetón o entre mis cremas, enterradas por la cocina entre el pan o en el cajón de los cubiertos o colgadas por la patilla del borde de mis botas, o en cualquier otro sitio de esos de lo más peregrino que si me pusiera ahora a contarlo llenaría un puñadito de folios, imaginaos los lugares más absurdos y allí dejo yo mis gafas… Fijaos si las dejaré en sitios demenciales que hasta recuerdo que una vez las había puesto dentro del microondas, se ve que debía de ir con ellas puestas a calentarme un vaso de leche y al quitármelas ¡zas!, las gafas pa dentro…. Menos mal que no conecté el horno y no se me chamuscaron.

Bueno pues cada vez me estaba poniendo mas nerviosa porque mis gafas no aparecían y ya llegaba tarde así que me he puesto histérica y en la entrada de mi casa ha habido un momento en el que estaba yo con mi abrigo y mi bufanda puestos, sudando como un pollo por el calor que hacía con la calefacción, el telefonillo sonando para que bajara ya, el teléfono de casa sonando con ese timbre histérico que agobia y mi móvil sonando en el fondo de mi bolso y todo a la vez. Imaginaos el horror, así que los nervios se me han disparado a cuatrocientos y me he puesto tan histérica que he empezado a soltar todos los improperios que os podáis imaginar y algún otro mas contra mis gafas, contra mis pobres y desamparadas Wayfarer. Que si donde estarán estas putas gafas de mierda, que si ostias, joder, coño, que si ¿dónde coño os habéis metido ingratas? gritaba… Y ahora ¿quien coño llama a todos los putos teléfonos mierda? ahhhhhhhhhh, mierda decía atacada de los nervios, mierdaaaaaaaa, quiero mis putas gafas, mierdaaaaaaa no pienso contestar a los teléfonos chillaba al aire, no pienso contestaaaaaaaaaaar.

Pero mis putas gafas no aparecían y yo cada vez más congestionada por el calorazo que tenía y daba patadas en el suelo e insultaba a las gafas una y mil veces al borde de la taquicardia cuando de repente he sentido que me daban un golpe fuerte en mi espalda con sonido incluido, porque ha sonado alto y fuerte. Me he vuelto a mirar y claro allí no había nadie, no podía haber nadie, porque estaba completamente sola, pero el golpe me lo han dado, ¡lo juro!, palabrita del niño Jesús que me lo han dado… Me he quedado petrificada, quieta, sin respirar, completamente acojonada. He mirado al techo, he buscado cualquier explicación lógica para ese golpe. Pero nada… No he sido capaz de encontrar una respuesta razonable y coherente y he empezado a sentir algo extraño, como una presencia… No sabría definirlo de otra manera. He sentido como alguien que me miraba y recriminaba mi vocabulario de ordinaria barriobajera y me regañaba, como si alguien me estuviese diciendo que parase ya…que dejase de soltar todas esas palabrotas…Sentía perfectamente esa presencia a mi lado. ¡que no me creéis?, anda eso ya lo se yo, pero la presencia estaba, ya lo creo que estaba...

He salido de mi casa como alma que lleva el diablo, absolutamente acojonada y pensando en lo que haría para volver, pensando que no me atrevería…

Y claro he vuelto, he tenido que volver, a ver que remedio, no voy a dormir en la calle ¿no? y he vuelto también a buscar mis gafas, aunque esta vez ya mas serena, sin toda esa retahíla de tacos, pero no aparecen…

Solo he podido lamentarme por la perdida durante todo el día y atarle los cojones San Cucufato a ver si hay un poco de suertecilla…Porque, vaya manera de empezar el 2010, ufff…Aunque bien pensado igual mis Ray Ban andan por el más allá, en manos de quien me haya golpeado en al espalda, pero si es así, por mi que se las quede, por mucha solera que tengan, porque no pienso ir a buscarlas…



Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.