La Magia del Tango
Canción: A media Luz
Cantan: MaliZia kiss y Carlos Gardel
Lo Bailamos Tú y Yo...
El tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX, aunque algunos prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata. Nace con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una compaternidad del fenómeno.
Resulta imposible apuntar una fecha de nacimiento exacta aunque la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada manera de bailar la música.
La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía. En los primeros tiempos, cuando el tango comienza a convertirse en canción, las letras que acompañan la música son obscenas y sus títulos dejan lugar a pocas dudas: "Dos sin sacarla", "Qué polvo con tanto viento", "Con qué tropieza que no dentra", "Siete pulgadas"... o incluso "El Choclo"
Inicialmente, el tango es interpretado por modestos grupos que cuentan sólo con violín, flauta y guitarra o incluso, en ausencia de ésta, el acompañamiento de un peine convertido en instrumento de viento con la mediación de un papel de fumar y un avezado soplador que marca el ritmo. El instrumento mítico, el bandoneón, no llega al tango hasta un par de décadas después de su nacimiento, en 1900 aproximadamente, y poco a poco sustituye a la flauta.
Carlos Gardel fue el creador del tango-canción. Fallecido en 1935 a los 45 años en un accidente aéreo, fue el gran divulgador del tango en el extranjero. En los 60, en cambio, el género fue ignorado fuera de la Argentina.
Resurgió renovado por Astor Piazzolla, quien le dio una nueva perspectiva, rompiendo con los esquemas del tango clásico. Hoy el tango está más vivo que nunca, no como el fenómeno de masas que lo engendró, sino como incuestionable elemento e identificativo del alma porteña y en permanentes evocaciones desparramadas por todo Buenos Aires.
Espero ir muy pronto a Buenos Aires y bailar un tango con un porteño y luego otro y otro y otro….hasta desfallecer…
Me dejaré llevar...
Blondie