1 de agosto de 2015

ÉL

Él era como una primavera en mi desierto, llenaba de flores mi árido corazón, despertaba en mí sensaciones dormidas y me hacía viajar a las cumbres más altas.

Conseguía embobarme con su voz y su sabiduría, me gustaba escucharle, no me cansaba jamás de hacerlo y siempre quería más, siempre quería más, más…

Y sin darme cuenta floreció en mi corazón un sentimiento nuevo al que yo quería negarme, sí, quería negar lo obvio, esa sensación de dulce placer, de imperiosa necesidad de él, esa impaciencia por oírle cuando no me acompañaba, todas esas cosas nuevas que estaban naciendo en mí sin que yo pudiese hacer nada por frenarlas…

El día que mi desierto se quedó sin primavera se llenó de otoños y mis lágrimas se convirtieron en hojas doradas que iban poco a poco cubriendo mi corazón de una infinita melancolía.

Y el invierno anidó en mi corazón, los fríos congelaron mis sentimientos, las nieves taparon las flores y las hojas y formaron una espesa capa de hielo escurridizo por el que jamás nadie pudo volver caminar sin resbalarse…

Blondie
maliZiakiss.com

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