10 de enero de 2010

Érase una Vez una Vida sin Brújula...

Canción: Que si te quiero, júralo
Cantan: maliZia kiss y Maria Dolores Pradera
Una vez tuvo un amigo o al menos eso pensó ella, que era su amigo…Y el día que ella sintió eso le abrió un poquito su corazón, pero tan solo un poquito…Le regaló su risa y le bañó con sus lágrimas. Quería regalarle más pero le daba tanto miedo, tanto…Aún así arriesgó por él, con cautela al principio, con confianza mas tarde, aunque con precaución, con mucha precaución y aún así le dieron gato por liebre. Un día pensó que ya no quería protegerse, que se sentía dejada de la mano de Dios y se dejó la coraza aparcada en ese lugar donde se aparcan las corazas. Algo estaba rompiendo sus esquemas, todos sus esquemas y sintió miedo, mucho miedo… Tanto miedo que temblaba como un pajarillo asustado, pero algo le decía que debía seguir irremediablemente ese camino y lo siguió aunque sin su brújula. La olvidó en su casa o quizás al verla en el cajón lo cerró bruscamente para no verla o no quiso cogerla o cualquier otra cosa, vete tú a saber la causa y si no la sabes pues tanto mejor, eso que te ahorras. El caso es que la brújula no estaba y sin brújula no hay norte y sin norte no se sabe donde está el sur y sin saber el camino del sur no se puede viajar a lo cálido y si no se encuentra la calidez solo hay frío y el frío congela un sentimiento, lo conserva intacto pero helado y lo helado da tanto frío…

Y sus ojos están secos, la humedad les ha abandonado y los ha dejado al abrigo de una mirada heladora, fría y penetrante, de esas que perforan, de esas que recuerdan a la mirada de La Swanson en El crepúsculo de los dioses, de esas miradas que imponen, que preguntan sin hablar y que hablan sin que les pregunten…Y por quedar tan solo le queda un ligero olor del aroma de plaisir d’amour de un frasco antiguo de cristal labrado de bohemia, ese aroma que perdura por su esencia penetrante que anida en los olfatos de quienes la huelen y se queda ahí viviendo ya para toda la vida…

Y se fue hacia adelante pero inclinada hacia atrás, costándole sudores dar cada paso, pasos que le alejaban de esa falsa realidad que ni fue ni debió de ser… Y se fue sin perdonar todo aquello que jamás entendió porque debía de perdonar y sin entender no se perdona porque no se sabe que es lo que hay que perdonar…Y continuó su camino sin prisa, consciente de lo que debería de suceder en el futuro, sin pausa pero sin prisa…

Y esta es la corta y vulgar historia de una mujer que jamás entendió porque no cogió su brújula antes de cerrar la puerta tras de si…Y esta es la historia de una mujer que no entendió lo que era tan fácil de entender…

Y esta es la historia de una mujer que mira como La Swanson, que huele a plaisir d’amour y no perdona porque no sabe el alcance de todo lo que ha de perdonar porque él jamás se lo contó, porque él jamás le dijo todo aquello que hizo para herirla, para infravalorarla, para ridiculizarla, porque él jamás se lo contó para que ella pudiera pensar quiero perdonarte… Para que ella pudiera decir quiero perdonarte pero no puedo… Para que ella pudiera decir no quiero perdonarte aunque si puedo….Para que ella pudiera decir no voy a perdonarte…Para que ella pudiera decir, te perdono…

Y continuó su camino, encendió su ipod, pulsó en la opción de música, seleccionó aleatorio y salió María Dolores Pradera cantando, que si te quiero, júralo y escuchó la letra con mucha atención, con tanta atención que al terminar retrocedió hacia atrás para volver a escucharla y así varias veces, hasta que se la aprendió de memoria y ya supo tararearla…

Y continuó su camino tarareándola bajito, muy bajito, porque... ¿Para que cantarla?, ¿para que?, hasta que sin darse cuenta la cantaba… Será que es lo “pior de lo pior”?, pues será eso, eso será…

Y esta es la triste y vulgar historia de una mujer que creyó en el valor de una amistad...

Y esta es la triste y vulgar historia de una mujer…

Y esta es la triste y vulgar historia…

Y esta es…

Blondie

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