POETA
foto web
En El Gran café todo era chulo, desde
el entorno del que estaba rodeado, La Gran
Plaza , hasta su interior antiguo con madera rancia y dorados
brillantes y abollados. El paso del tiempo se notaba, aunque hay que decir que
El Gran Café había envejecido muy dignamente, seguía siendo igual o aun si cabe
mas hermoso todavía que antaño y aunque allí ya no charlaban poetas ilustres,
sus paredes rezumaban su ayer. Se podía percibir nada mas entrar en él, al
pararte en la entrada a otear una mesa libre para poder hacerla tuya..
Una vez lo conseguías, tarea dicho sea
de paso arduo complicada, podías disfrutar de esa especie de serenidad poética
de los grandes que ya no están en este mundo ni toman ya café en ese lugar y de
un buen libro de poemas de uno de los muchos poetas noveles que tenemos ahora y
que tal vez no valoramos como debiéramos porque aún son actuales y no están
muertos. Así de simple, te mueres y empiezas a ser alguien…
Pero es mejor ser poeta vivo y sentir
y poder plasmar lo que sientes en cualquier trozo de papel raído que te saques
de un bolsillo, ir juntando papelitos y después editar un libro que poder
mostrar al mundo de los sensibles, sabiendo que ellos entenderán tu sentir y
que te leerán…
Ya es algo, ya has logrado un triunfo,
aunque simplemente sea personal.
Porque el poeta no busca más, el poeta
come poco, está ausente y a veces es medio enfermizo, vive en su mundo de
blancos y negros a ratos y multicolor en otros, el poeta no necesita mas, solo
necesita sentirse libre y eso ya lo tiene con su trozo de papel raído y su lapicero
que se saca del bolsillo en cualquier lugar, en cualquier bar, incluso en El
Gran Café en el que tengo ahora la inmensa suerte de ver como un poeta está pariendo
una belleza sobre la montaña de espuma que forma la leche en una taza,
suponemos que por encima de un café…
maliZia Kiss
septiembre 2019