31 de julio de 2020

Mi Planeta



El planeta en el que habito es hermoso, tiene mares y montañas y ríos y desiertos y volcanes y cataratas y grutas y una hermosa vegetación cuajada de árboles y flores y hermosos animales que nos acompañan y muchísimas más cosas inmensamente bellas que no voy a decir aquí porque necesitaría toneladas de folios para poder describirlo...

Es redondo, tan redondo como una gigante y perfecta canica, aunque algunos ahora se empeñen en decir que es plano, yo creo que es redondo.

Todas los amaneceres le pide a su amigo Sol que encienda el interruptor para darnos su potente y poderosa luz y así lo hace sin faltar jamás a su cita mañanera hasta que se siente cansado y cada anochecer lo apaga dando paso a su amante, a su luna hermosa y descarada para que nos acompañe en la oscuridad llenando nuestras noches de magia, aunque algunos pocos días al mes le da a Luna el día libre y nos deja solos y desamparados, tal vez para que reflexionemos en esas noches oscuras sin su lunita, lunera...

Hace ya mucho tiempo que le hicimos enfermar, aún asi él siempre se las apaña para sobrevivir aunque sea malamente, pero ahora está muy cabreado y nos ha devuelto la pelota.
Hace ya unos meses, no quiero ya saber ni cuantos ni quiero contarlos en este momento, nos hizo un regalo mortífero, un virus invisible y letal que dejó al descubierto nuestra fragilidad, esa fue su forma de protestar ante los malos tratos recibidos por nuestra parte y nos lanzó una seria advertencia con su regalo, tenéis que cambiar, dijo sin decirlo…

Yo juro, a Dios pongo por testigo como dijo Scarlett, que hubo un día que pensé que lo estábamos consiguiendo, que nuestro miedo y nuestro encogimiento se convertirían en ser mejores pero pronto me di cuenta que eso era un sueño, una absurda utopía, que a pesar de su advertencia continuábamos peleando por el poder, por el dinero, por el imponer nuestro pensamiento sobre otros sin escrúpulos y sin considerar que Planeta seguía cabreado, muy, muy cabreado 

Y aún hoy, en este mismo momento, creo que no nos damos cuenta que de nada sirven la luchas, las ideologías, el consumo y las ansias de dinero y poder frente a un enemigo tan poderoso, que continua siendo redondo, que no está dispuesto a permitir que le vapuleemos más y que a pesar de que ahora está contagiado y herido de muerte, está dispuesto a quitarnos de en medio aunque el precio que tenga que pagar sea el de morir matando con tal de no permitir que sigamos haciéndole daño…

maliZia kiss

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