26 de noviembre de 2020

Sin Rumbo...

 

Mis zapatillas son para caminar, mis pies en ellas quieren recorrer lugares lejanos, pasar por las calles observando, mirar el humo de las chimeneas y fundirme en él para viajar a cualquier lugar lejano lleno de luz y de oxígeno y allí dejarme llevar….

Quiero convertir mis zapatillas en un poema silencioso que caminen al son que yo les pueda marcar sin preguntar a nadie por ninguna dirección, quiero sentir como amortiguan mis pies en cada pisada hacia no se ni dónde ni porque  aunque lo que si que se es que me llevarán a un lugar seguro donde los arboles me cobijaran y las estrellas me guiaran…

Hace frio, mis manos tiritan, aún no ha amanecido y siento el silencio del asfalto en mis pisadas, me siento libre en la soledad de las calles, miro el cielo intensamente negro con mi cara destapada, quiero respirar, quiero gritar pero guardo silencio, no por temor sino por no saber muy bien el que gritar…

Y mi cuerpo se relaja, disfruta de la noche oscura en el olor del asfalto, se mueve al ritmo del silencio y se aleja hacia el fondo de lo que mis ojos alcanzan a ver y cuando llego al lugar vuelvo a mirar y vuelvo a continuar con el camino hasta que de pronto desaparece la obscuridad,  el cielo se ilumina de azul y empiezo a sentir temor, empiezo a oler un asfalto lleno de algo que debe de ser gente…

Miro hacia el fondo de nuevo y veo cuerpos pequeñitos que caminan con extrañas caretas que cubren su nariz y su boca, de repente salgo de mi letargo y recuerdo que yo también soy pequeñita, que tengo una y que debo de ponérmela, empiezo a temblar y siento miedo, me siento una marioneta en medio de un montón de ellas, ya no huelo a libertad, ya no puedo hacer lo que quiero sino más bien lo que me mandan a pesar de que haya intentado huir sin éxito esa noche con mi zapatillas que por unas horas fueron mi libertad y mi triste poema silencioso que me llevó a ninguna parte…

maliZia kiss

5 de noviembre de 2020

Hablar Por No Estar Callada


 Hay días más tontos que otros, pero eso ya lo sabemos todos, no voy a descubrir nada nuevo aquí diciéndolo, pero de repente sientes que necesitas oxígeno y que ya no quieres oír nada más por hoy del virus invasor ni de las disputas de los políticos, vamos que ya no quieres ni saber si ganará o no Trump o quien será el presidente de los Estados Unidos, que vamos que te da igual, que el grado de saturación ya es tan grande que quieres escapar y viene a mi cabeza una canción muy antigua de José Luis Perales, Un velero llamado libertad se titula, la busco y me pongo a escucharla…. Y se marchó y a su barco le llamó Libertad….

Y se marchó pero volvió como en la canción, con los ojitos llenitos de mar, de sueños, rezumando libertad por todos sus poros, pero volvió al redil del que aún no sabe si debió salir o no volver a él jamás…

Pero eso nunca lo sabrá…

¿Lo sabes tú?

maliZia kiss

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