17 de septiembre de 2007

La niña de la muñeca de trapo

Su mirada enigmática, me hizo estremecer, esa niña tenía algo de diabólica, entre dientes cantaba una cancioncilla que no alcanzaba a entender, se mecía con su muñeca con la mirada perdida y estaba totalmente ausente. Me paré a su lado para echarle una moneda, pero al agacharme sentí mucho frío, mi cuerpo se estremeció y me recorrió una especie de latigazo eléctrico. Quise decirle algo, pero los sonidos se paralizaron en mi garganta, intenté forzar la voz pero fue inútil. Me alejé en silencio sintiendo aún ese frío y fue entonces cuando percibí que me seguía, sus pasos eran ligeros, apenas si rozaban el suelo, no hacía ruido, pero yo sentía su presencia.

Al girar una esquina de una calle, me paré cobijada entre las columnas de una tienda, pero ella me vio y se paró frente a mi sin decir nada, solo cantaba esa cancioncilla entre dientes, mientras acunaba su harapienta muñeca de trapo. Quise retroceder, pero algo me paralizaba, sentí su proximidad, como se acercaba cada vez más a mí acorralándome, cercándome contra el muro.

Las mujer de bata blanca me miraba y me sonreía, yo quería hablar y explicarle lo de la niña, pero no podía, en mi boca sentía con fuerza la presión de un esparadrapo que la cerraba, apretado con tensión, hacía daño…mis manos estaban escondidas bajo una especie de camisola y la mujer me miraba y sonreía mientras decía, ya está mas tranquila…

Cuando al fin me arrancaron el esparadrapo, pude gritar, pero al momento me callé pues comprendí que me pondrían otro, me serené, después me quitaron esa camisola, me sentía mas ligera y dije con un hilo de voz: estoy mucho mejor, gracias…

Ví como la mujer de la bata blanca se relajaba e hizo un ademán de llamada hacia la puerta entreabierta, para que entrase alguien. Al instante aparecieron mis padres y dos de mis hermanos. Yo estaba muy seria, no podía sonreír, aun sentía ese frío y el miedo dentro de mi cuerpo. Escuchaba palabras tranquilizadoras de la señora de la bata blanca, miraba a mis padres y sonriendo les explicaba, que había sido una crisis, les hablaba de medicaciones y de prolongados tratamientos en el futuro, mi madre lloraba, mi padre escuchaba, con preocupación, luego todos querían hablar a la vez, me estaban aturdiendo, miré hacia la ventana y la vi., la niña esa me estaba mirando, quise decirlo, pero nadie me miraba, todos hablaban y hablaban, me levanté con sigilo y me aproximé hacia la ventana, estaba abierta, la niña me sonreía canturreando esa maldita canción, quise tocarla, pero se apartaba haciéndome un gesto para que fuese...

Escuché como mis padres, dos de mis hermanos y la señora de la bata blanca, chillaban, pero ya era demasiado tarde, mi cuerpo se había estampado contra el asfalto, vi como lloraban, mientras me levantaba y cogía la mano de la niña, dejando mi cuerpo en el suelo destrozado…

Blondie

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