8 de septiembre de 2007

El Espejo


Me despierto poco antes del amanecer, no puedo dormir, estoy inquieta. Se escucha un silencio con ligerísimos ruidos, todo está despertando lentamente…

Me siento en mi mesita, en esa mesita en la que pinto, en la que escribo, es una mesita preciosa, de cristal con patas de cuero azul, yo misma la elegí con esmero, después de buscarla en multitud de tiendas. Me gusta mucho mi mesa, es mi rincón, mi espacio, mi lugar…

A mi izquierda hay un inmenso ventanal por el que veo el mar, a mi derecha en una pared hay un gran espejo, que nunca miro. Estoy tan acostumbrada a él que ni siquiera me percato de su existencia, pero hoy me giro y me miro. Empiezo a observarme, veo mi pelo revuelto, mi camisola de tirantes con la que duermo, es una camisola muy vieja, la tela está casi casi transparente, totalmente raída, es tan vieja que clarea, pero a mi me encanta, es muy fresca, parece mi segunda piel. La mimo mucho, la lavo a mano y nunca la retuerzo para escurrirla, no sea que se me rompa y si se hace un agujerito, le hago un zurcido casero. El otro día al levantarme uno de los tirantes se me había roto, estaban ya tan viejos que uno de ellos protestó, pero yo busqué una cintita que le fuera bien y le cosí unos nuevos tirantes. Me ha quedado estupenda.

Miro los tirantes en el espejo, orgullosa de haber encontrado una cinta de algodón, de un color azul añil descolorido, que le va que ni pintado…, descansan sobre mis hombros ya en su medida justa, en la medida que yo quiero para dormir cómoda. Aunque he tenido que coserlos y descoserlos cuatro veces para conseguir esa medida, cortando cada vez un trocito.

Me miro la cara y empiezo a hacer el memo, hago gestos de todo tipo, juego a guiñarme los ojos, pongo caras feas, caras horribles, caras de miedo, de susto…saco la lengua por una de las comisuras de mi boca, cerrando el ojo del mismo lado, pongo cara de sorpresa enarcando las cejas y formando un circulo con mi boca, me estiro, me encojo, me río, me sonrió, me sorprendo, me quedo quieta, pongo cara de miedo, luego de susto nuevamente. Estoy jugando conmigo misma, es divertido.

De repente veo que mi imagen hace ligeros movimientos diferentes a los míos, apenas imperceptibles. ¡No es posible¡,-pienso-, me froto los ojos, parpadeo y me los vuelvo a frotar, no entiendo nada…¡estoy dormida¡, -pienso-…Me pellizco…¡ay¡, no estoy dormida, ¿entonces….?.

Mi imagen se revela aún más, ya no son imperceptibles movimientos distintos, ahora me mira y me sonríe, yo pongo cara de sorpresa y ella me saca burla, me agito y ella se ríe a carcajadas, vuelvo a frotar mis ojos y ella me regaña con un gesto en la mano de desaprobación. Mueve su dedo como diciéndome, no dudes…, mientras sonríe de nuevo ligeramente.

Creo que voy a enloquecer, no entiendo que esto esté sucediendo. Si lo cuento pensaran que estoy loca, -pienso-, y sigo mirando…

Al principio quiero huir, siento miedo, muchísimo miedo, pero algo me retiene allí…quiero averiguar, entender que hace esa ahí, vacilándome en mi espejo…

Me sonríe de nuevo y me señala el cuadro que tengo a medio pintar sobre el caballete, yo le hago un gesto como diciéndole que no puedo seguir, pero ella insiste, señala mi paleta de pinturas y mi maletín y sin que apenas me de cuenta voy obedeciendo. Ella me va indicando que colores he de mezclar y donde debo ir poniendo las pinceladas. Yo obedezco y me sumerjo en los óleos, sin sentir ya miedo, me gusta su compañía, siento que aumentan mis ganas de terminar ese cuadro que empecé a principios de verano y que se había quedado estancado…

De vez en cuando la miro y veo sus gestos de aprobación,- parece que le está gustando…- y yo me siento cada vez mejor…Está quedando fantástico, -pienso- ella me ayuda a mezclar azules y rojos con una pizquita de blanco hasta que consigo el color violeta que estaba buscando…, exactamente ese violeta buscaba…

Miro mi cuadro satisfecha, ¡al fin lo he terminado¡ se lo enseño, pletórica de felicidad, riendo abiertamente, ¡contenta¡, ella me mira y me guiña un ojo mientras el sol asoma en el horizonte, silencioso, llenándolo todo de luz, con una multitud de colores que yo no tengo en mi paleta…

Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.