26 de julio de 2010

A La Sombra de Una Encina

maliZia kiss y El Dúo Dinámico cantan Resistiré

maliZia kiss

Hacía años que no dormía una siesta en el campo en una hamaca atada a dos encinas, y rodeada de jara. Años hacía, años…. En plena naturaleza, con ese silencio chillón del campo y sus animales gritones. Años… Y he dormido pacidamente, como un bebé. Me he olvidado de las luces y de las sombras, de mis inquietudes y de todas esas cosas anidadas en mi alma que están escritas con cincel y tinta indeleble. Me he sentido árbol y Jara, me sentido tierra y naturaleza viva y he recordado mis veranos en mi hamaca atada sobre dos pinos en el pinar que había frente a mi casa en verano, he viajado en el tiempo recordado como si fuese HJ Wells, pero no a épocas pasadas de otros, sino a la mía, me he balanceado largo rato en la hamaca con mi mente en blanco resistiéndome a dormirme y disfrutando intensamente ese momento y después he cerrado mis ojos despacito abriendo la puerta de mi mundo para sumergirme en él…

Y en mi mundo apareciste tú, me explicaste que la sombra de una encina protege de los calores asfixiantes, me hablaste de las encinas y de sus frutos, me explicaste que su tronco es casi negruzco y agrietado por su madurez, que sus hojas son puntiagudas, de formas irregulares y bicolores, verde fuerte por un lado y pálido por el otro, me contabas que tienen esa forma para que los animales no se las coman… La naturaleza es sabia eh?. Y yo te decía es un placer de dioses dormir a la sombra de una encina de los Campos de Castilla, es un buen aire acondicionado natural, te decía…Y mientras seguías hablándome vinieron a mi memoria esos versos de Machado:

¡Encinares castellanos
en laderas y altozanos,
serrijones y colinas
llenos de oscura maleza,
encinas, pardas encinas;
humildad y fortaleza!

Y recordaba mis lecturas bajo las encinas del mediterráneo, de mi mar, esa etapa de mi vida que devoraba tebeos en verano, que quería ser bruta como un chicote y me empeñé en aprender a disparar con escopeta de perdigones y dar al blanco y a fuerza de intentarlo conseguí tener muy buena puntería. Cuando me empeño en algo…

Y tu me seguías hablando de las encinas pero ya no me interesaba escucharte, para aquel entonces ya estaba muy lejos de ti, prefería pensar que yo era tierra, que yo era árbol, que yo era tronco, pero que jamás sería bellota para que me devorase un cerdo…


Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.