11 de junio de 2010

Blondie Urbana: El Beni Ha Muerto


Beni ha muerto, sí ha muerto hace dos años, ayer me enteré que un infarto se lo llevó y yo hoy lloro su muerte. Beni era Beni y para poder llorar su muerte, poder notar su ausencia hay que haberle conocido, hay que haber estado en su bar, un bar único en el que por haber no había ni barra, tan solo un ventanuco abierto entre las cuatro paredes empapeladas de fotos hasta el techo que también estaba empapelado de miles de fotos de todos los que le querían y se pasaban por allí a tomarse una cerveza de una nevera de esas que abres por arriba, tu te la sirves y tu te la bebes, si tenías la suerte de encontrar un abridor , claro, y al rato Beni asomaba sonriente y te saludaba dicientote ¿y tu tapa que, no me la pides?, mira que me cabreo si no la quieres…

El bar de Beni era un bar especial, minúsculo y singular, un bar pequeñísimo por no decir enano en una callecita paralela a la Granvía de Madrid, un bar lleno de todo, no puedo ni citar la cantidad de objetos que yo vi en ese bar, máquinas de fotos, lápices, bolis, banderas, llaveros, guirnaldas, farolillos, mecheros viejos, y fotos y más fotos por todas partes de muchísimos famosos y de muchísimos espontáneos y desconocidos, en fin que era indescriptible, pero especial de verdad, y recalco lo de especial porque es un bar irrepetible e insólito, tan insólito como insólita era la libertad que dentro se respiraba. ¿os acordais del taxi de mujeres al borde de un ataque de nervios?, pues asi era el bar del Beni, el taxi hecho bar.

Beni era un tipo feliz, te sonería y te agasajaba con todo lo que tenía, entrar allí era como sentirte en tu casa, entre gentes extrañas pero increíblemente cercanas y acogedoras. Con Beni no había problema, jamás contabilizaba las cervezas que cogías de la nevera, simplemente esa nevera era tuya y tu la abrías la veces que te daba la gana, después le pagabas y el no te preguntaba siquiera cuantas habías tomado, tan solo te daba las gracias y te decía vuelve, vuelve a pasar un rato conmigo, con Macnamara, con Paco Porras, con un Almodóvar ya premiado por los oscars, con El Dioni, aunque no pienses que te diría jamás donde escondió la pasta, al contrario te negaría que la tuviese pero eso si con una mirada de picardía o con quien se tercie con un tercio de cerveza de mi nevera… Por haber había hasta una paloma con la que te encontrabas cuando bajabas por las escaleras entre las fotográficas y angostas paredes al servicio a hacer un pis.

Pero Beni ha muerto y con él ha muerto su bar, ayer quise volver, quise que me regalase su sonrisa pero en lugar de su bar me encontré con otro de esos moderno y funcional, de esos bares que antes de entrar ya te está diciendo vete.

Quedará pues en mi recuerdo para siempre ese día que tuve la inmensa suerte de aterrizar allí por pura casualidad, pero eso si, con muy buena compañía…

Monta otro bar igual en donde estés Beni que los que estamos aquí y te conocimos iremos fijo a tomarnos una cerveza contigo algún dia y nos la serviremos nosotros por supuesto, tu solo tienes que darnos, ya sabes, tus maravillosos aperitivos...

Blondie

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