¡ Devuélvame Mi Pasta !
Fui a reclamar a la tienda, ¡ que me devuelvan el dinero !,dije airada, que este chisme no funciona nada de bien, pero no me lo quisieron devolver, habérselo pensado usted antes, me dijo el cretino del dependiente y se quedó tan ancho el tipo. Pues vaya mierda de tienda, cuando yo compré este chisme no me dijeron que no me devolverían el dinero le contesté cabreada, si lo llego a saber no lo compro, vamos que no las canto…
El tipo, que era un impertinente, se largó a la otra punta del mostrador y yo como una mema detrás de él con el chisme en la mano, ¡que no lo quiero joder!, que quiero mi dinero…Tanto y tanto insistí que al final el tipejo levantó su mirada avinagrada y me preguntó ¿pero vamos a ver que es lo que le pasa a usted con esto?, yo le sonreí y sintiéndome escuchada comencé a relatarle la avería tan gorda que tenía el chisme a ver si le podía convencer para que me devolviera la pasta.
Verá le dije…Cuando yo compré esto pensaba que marcaba bien el norte, por eso lo compré para no perderme jamás, para saber siempre donde estaba mi norte pero mire usted como va la aguja de esta brújula, está enloquecida, ¿no lo ve?, mire, mire…¿no ve que ahora marca el norte en el sur?. Pues mire no, yo no veo nada, solo veo una aguja que marca un norte si ese no es su norte que quiere que le haga yo, me dijo el tipejo, después bajó su avinagrada mirada y siguió a lo suyo.
Yo me quedé allí, perdida en el medio de esa tienda, sin mi dinero y sin saber hacia donde debía de dirigir mis pasos al salir, si hacia la izquierda o hacia la derecha o hacia abajo, porque yo quería buscar mi norte y la brújula me llevaba hacía un lugar equivocado…
La deposité suavemente en el mostrador y sin mediar palabra salí despacito de la tienda dejando que mi instinto guiase mis pasos hacia el rumbo que debiera de coger, sin temor a perderme, sin mi pasta y sin mi brújula…
Sin brújula…
Blondie