Sardinillas
Las espinas de las sardinas se comen, son finas y se meten entre los dientes jodiendo, pero saben ricas, casi, casi tan ricas como las sardinillas fritas, que por cierto son bocatti di cardinali, pero comiéndolas al borde del mar, con olor a mar, con olor a marisco, con olor a humedad, con el ruido de las olas que ajenas a tus sardinas juguetean provocando. El día que quiera comer sardinas contigo, ese día, querré estar contigo toda la vida y entre sardina y sardina jugaremos con las olas del mar o dejaremos que ellas jueguen con nosotros…
Sardinas frescu’es
Blondie