14 de febrero de 2011

Desayunos con Corazón: ¿Ciencias o Letras?


Cuando tu corazón explota de felicidad o de sentimientos que creías dormidos necesitas desayunar amor, comer amor y cenar amor. No necesitas guisotes, ni pescado, ni mermeladas o mantequillas con cafés, tan solo carne, esa carne que te hace sentir amor, y que te alimenta, te llena de vitaminas de felicidad y te hace engordar de amor, tanto, que se sale por todos los poros de tu piel.

Así son los desayunos de amor, pero no todo el mundo entiende que se pueda desayunar de esa manera, porque esos desayunos cuestan esfuerzo, hay que cambiar el Cola Cao por besos dulces, el croissant por las caricias, la mantequilla por los fluidos, la mermelada por la dulzura de una mirada y eso alimenta solo a algunos, otros son más prácticos y prefieren pedirse un buen plato de huevos fritos con patatas, jamón ibérico y alubias, eso es más fácil, te lo sirven, no cuesta esfuerzo, con las ofertas de la crisis cuesta muy pocos euros y después no hay que ducharse, y después no hay que volverse a vestir…

Así desayunan los de ciencias, los que entienden muy bien a Einstein, los que comprenden bien la teoría de la relatividad y la ausencia de esas fuerzas gravitatorias que hacen que te unas, los que piensan que el universo no tiene principio ni fin, que la nada no existe, que ya está descubierta toda la tabla periódica de los elementos y que no hay cabida para un nuevo metal, para una aleación extraña llamada amor, que somos pura casualidad, tan solo eso, pura casualidad…

No me gustan las ciencias, me desencantan, prefiero pensar que existe el misterio del universo, que existe la química de las pieles, que existe eso que los humanos llamamos sentimientos inexplicables, sensaciones que salen del alma, del corazón y no de la lógica y de una reacción química en cadena del cerebro…

Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.