24 de enero de 2012

El Panadero

Todos los días María del Carmen va a la misma hora a por el pan y siempre vuelve a casa con una de las barras por la mitad, se la come compulsivamente por el camino desde la panadería y es que los nervios se le desbaratan cuando él le pregunta sonriente siempre lo mismo ¿cuántas hoy?. Y es que esos ojos, esos ojos… María del Carmen quiere decirle que tiembla cuando balbucea tres, quiero tres barras, pero no se atreve y de vuelta a casa se zampa media barra para calmar su ansiedad.

Él ajeno a lo que despierta en María del Carmen vive feliz su vida, disfruta horneando el pan, intercambia mensajes divertidos en su móvil con Teresa y sonríe siempre que ella le manda uno, pensando, aunque no sabe quien soy ya casi la tengo en el bote… Y es que a él le gusta tanto Tere, que haría cualquier cosa por llevársela al huerto, mientras tanto se conforma con los mensajes y con esas noches en la soledad de su dormitorio en las que se la casca pensando en ella, y es que la tía está tan buena, tan requetebuena…

Tere jamás va a comprar el pan, pero todos los días la ve pasar por la puerta de su panadería, ella siempre se para, le saluda alegre, le guiña un ojo y continua el camino a clase con su mochila colgada descuidadamente y medio caída de uno de los enganches en su hombro izquierdo. Más tarde, cuando sale del colegio va siempre a comprarse un pepito de crema. Eso sucede siempre sobre las dos menos cuarto y a pesar de que él debería de cerrar a la una y media siempre se hace el remolón para esperarla y darle su bollo.

Tere no sabe que el de los mensajes es él, o se hace la tonta, eso ya no se sabe, cree o quiere hacer creer que es un anónimo compañero de clase, un admirador tímido y cada vez que recibe uno lo lee con sus amigas en el recreo y todas hacen unas risas…

María del carmen continúa comiendo pan compulsivamente no atreviéndose a confesarle sus sentimientos. Mata su desconsuelo con la miga del pan, que la engulle nerviosa pensando que sus manos, esas manos que le dan el cambio cuando paga, la han amasado.

Hoy quiero seis barras, le dice María del carmen mirándole fijamente. ¿Seis?, ¿tienes invitados?, le pregunta él sonriente. Tengo hambre le contesta cortante ella, mucho hambre…

¿Las quieres mas cocidas?, pasa a elegirlas le dijo él, pasa a los hornos. María del Carmen estaba decidida, de hoy no pasaba.. Giró la llave de la puerta de la panadería y cambió el cartel de abierto a cerrado. Él ni cuenta se dio ya que iba delante de ella hacia el interior. Una vez dentro María del Carmen se armó de valor y…

Cuando Tere llegó y vio el cartel de cerrado, cogió su móvil y le envió un mensaje: guárdame el bollo de hoy, comeré los dos mañana en tu trastienda.

El mensaje llegó demasiado tarde. Él ya no necesitaba imaginarse a Tere para provocarse un orgasmo, ya que a partir de ese día jamás volvió a dormir solo el resto de su vida…

Blondie

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