21 de enero de 2011

Algo Cotidianamente Cotidiano Hecho Relato


Su sombrero tipo Indiana Jones lo llevaba calado hasta sus pobladas cejas, bajo ellas unos inmensos ojos verde jade con pestañas negras miraban hacia el lugar donde estaba yo, aunque no a mi evidentemente…¿Cómo me iba a mirar a mi semejante tipo?, ese tipo era endiabladamente guapo y nunca sería para mi, al menos en esta vida, en otra si me regalaran un físico de vértigo tal vez hasta me lo podría ligar, pero aún así yo le observaba sin ser vista, me gustaba su aspecto, su gabardina gris marengo raída, envejecida con clase, y su camisa abierta de cuadros con una camiseta negra debajo, él estaba sentado en un café al lado de la ventana y yo fuera sentada en un triste banco de madera por aquello de poder fumar...

Mi aspecto era rancio aunque con una mezcla de modernismo y es que cada vez me pirra más los antiguo, llevaba un sombrero negro y granate tipo Mary Poppins, súper carca, calado hasta las cejas como él, un sombrero divino, antiguo pero divino, sí divino de la muerte, me sentía bien debajo de él aunque todo el mundo me mirase pensando ¿pero donde va esta?.

Seguí observándole y empecé autoanalizarme a pesar de no llamarme Froid. ¿Porqué cada vez me gusta más lo antiguo?, me pregunté y eché una ojeada mi vestimenta, llevaba una chaqueta de lentejuelas en tonos anaranjados y negros con un vaquero rotísimo azul muy muy clarito y mis Martens. A mi me gustaba esa mezcla extraña de ropa así que me sentí muy satisfecha con la ojeada y pensé, pues al que no le guste que no mire y desvié mi mirada hacia el portal que tenía enfrente, justo al lado del café donde el tipo ese leía un libro y vi que debajo del número del portal había un cartelito pequeño, color azul metálico, idéntico a los carteles de las calles de Madrid que rezaba “gas en todos los pisos”, ¿gas en todos los pisos?, caramba pensé enarcando las cejas, gas en todos los pisos… Y sonreí, me encantó esa frase, gas en todos los pisos…

El tipo levantó sus maravillosos ojos verdes de su libró y miró con indiferencia hacia el banco donde yo estaba sentada fumando, pero de repente al llegar a mi sombrero cambió de expresión y me miró entre sorprendido e interesado. Vaya le interesaba mi sombrero, yo no, pero mi sombrero si que le interesaba… Le miré desafiante con cara de sorna pícara, bueno no se explicar esa cara mía, pero se que a veces la pongo y le hice un saludo tipo militar con mi mano derecha en el ala de mi sombrero echándole el humo directamente a sus maravillosos ojos verdes, a pesar de que nos separaba un cristal. El tipo no aguantó eso y nervioso los bajó a su libro. Yo me levanté lentamente, me marché despacio y con el rabillo de mi ojo vi como levantaba de nuevo sus maravillosos ojos jade para mirarme sin ser visto. Lástima, pensé, deberías de ser menos tímido… No todo puede ser perfecto, ya había encontrado en él un defecto…

Escribo esto en pasado porque esto me ha pasado esta tarde y esta tarde ya es pasado y el pasado no vuelve y como no vuelve pues por eso estoy convencida que si mañana paso por allí no estará, que jamás volveré a verle…

Es algo cotidiano que sucedió hoy en mi vida y que ya forma parte de mis vivencias, de mis sensaciones, que ya nadie me robará ni tan siquiera él, aunque se empeñe…


Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.