6 de Enero, Día de Reyes
Me levanto sigilosa, son las seis de la mañana. Todo está en silencio, camino descalza por mi pasillo, llego a mi salón y allí está él, Baltasar. Los camellos no han comido mis polvorones, ni han bebido de mi agua. Nos miramos y entendemos que la magia existe aunque otros no la vean. Te has quedado rezagado le digo. Te esperaba, me responde. Nos miramos intensamente durante largo rato en medio del silencio que reina en mi salón. Miro hacia mi zapato y no hay ningún paquete. No pregunto porqué. Mis pies descalzos dan pasos a la inversa, hacia detrás, ando de espaldas alejándome de mi sueño muy lentamente. Él no deja de mirarme, cuando mi espalda llega a mi puerta vuelvo el brazo tras ella, agarro el pomo y lo giro, salgo de espaldas a la puerta sin dejar de mirarle, cierro despacito viendo sus ojos que me miran intensamente en la oscuridad y escucho un leve susurro que sale de sus labios diciéndome, siempre nos quedará Paris…
Blondie