29 de octubre de 2008

Una Grieta en el Asfalto

Tunicia

Cuando la humanidad duerme, el mar habla por sí mismo y brama para que su habitantes sepan de su presencia, cuando la luna te recibe y las estrellas te hacen guiños pícaros y juguetones, cuando las gaviotas chillan aún mas si cabe y rompen el silencio de la noche para recordarte que ese espacio es suyo, cuando nadie espera que suceda nada diferente que lo habitual y el calor es espeso y agobiante.

Una grieta en el asfalto deja salir el cuerpo de Tunicia, que emerge del fondo como una diosa, pero como una diosa de barro, vulnerable y frágil. Se abre el asfalto y Tunicia sale sigilosa, mueve sus alas y vuela junto a las gaviotas para hablar con ellas, para compartir con ellas esos instantes en los que ellas y tan solo ellas fueron testigos mudos de su infinita desazón, para que le ayuden a entender.

Allí Tunicia no necesita explicar como se siente porque ellas lo saben, ni lo que sucedió, porque lo saben, no necesita contarles lo que sintió, porque lo saben…Tan solo vuela con ellas y espera que le indiquen el lugar al que pueda peregrinar para escapar de esa sensación de bienestar y de vacío que le produce escucharlas gritar en la oscuridad del cielo, en esas noches sin luna y como se siente al ver la coquetería de esa estrella que brilla con luz propia, de esa estrella grande y brillante que la llena de luz cuando se aproxima a ella, que la deslumbra de tal manera que ciega sus ojos y le impide pensar, que llena su corazón de preguntas sin respuesta, de interrogantes...

Quiero ir a un cielo sin estrellas, les dice Tunicia, a un cielo con calma y sin incógnitas, quiero volar pausadamente y sin buscar respuestas, pero las gaviotas no la escuchan, no quieren oírla y chillan aún mas agitando las alas en su territorio para recordarle que solo ellas y tan solo ellas mandan, que tan solo ellas marcan las pautas de su existencia allí.

Está empezando a a amanecer y a Tunicia se le acaba el tiempo, cae abatida en un frio bosque rodeada de oscuridad, de árboles envejecidos, tiene que volver al asfalto, a la nada, antes de que se cierre, allí es su lugar, su espacio, donde debe de estar, aunque hoy tuviese la debilidad de abandonarlo…

Ese lugar que no debió de abandonar esa noche…

Blondie

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no estaba muerta, muy bien blondy llore por su muerte. me gusta TUNICIA y me gustas TU

@@@

Anónimo dijo...

Como adivinar,
Tú silencio cubierto de misterio.
Tus palabras inconclusas.
Tu esperar, por días mejores,
Por un mañana,
que es hoy,
que es ahora.
Como vislumbrar
esta extraña relación,
llena de pasión
que poco a poco se va extinguiendo.
Como comprenderte
Si no entiendes mi soledad
mi tristeza,
mi necesidad de tenerte

UNA GAVIOTA BLANCA DE LA RED

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