En Tinta Roja
Le dio un tajo a la vena de su muñeca izquierda con una navaja, depositó el brazo sobre la mesa, mojó en la vena el plumín y comenzó a escribir…
He esperado muchas cosas de la vida que no me ha dado, no porque tuviese que dármelas sino porque yo las esperaba, esas cosas pequeñas e insignificantes pero que te hacen sentir amada.
He ansiado muchas veces ese insignificante detalle que convierte algo insignificante en algo relevante.
He deseado intensamente que el feto prendido en las entrañas de mi vientre fuese acariciado dulcemente
He necesitado sentirme valorada, querida, deseada
He jugado con la vida, ya que ella lo ha hecho conmigo
He querido entender porque me faltaba el aire cuando apretabas mi garganta y yo dejaba poco a poco de verte
He escrito trazos de mis sensaciones con un tintero de sangre porque es él único tintero del alma
He llorado amargamente en silencio por tu incomprensión y tu abandono
He permanecido junto a ti toda mi vida sin que apenas te des cuenta lo que eso ha significado
He jugado a los amores una y mil veces con el afán de ganar aquello que no existe
He pedido a gritos que mi vida cambiase
He buceado por mi interior sin gustarme lo que veía
He querido ser una mujer nueva cada mañana y he inventado mil mujeres en mí que no existen
He necesitado ser sombra en la luz y oscuridad en la muchedumbre sin haberlo conseguido
He rechazado a los que me han exprimido
He odiado el egoísmo, la envida y la mediocridad
He preferido siempre decir lo que pensaba aun a riesgo de que no gustase
He malgastado mi pensamiento, pensando en ti
He luchado por aquello que quería con dientes afilados de animal salvaje
He querido creer que todo lo que me rodeaba era bueno hasta que un día comprendí que debía hacerme mala
He buscado la niña que hubo en mi, he intentado entenderla y he abandonado confusa en el intento
He fotografiado con el objetivo de mis ojos todo aquello que me parecía hermoso y he guardado esas fotos en el álbum de mi alma
He, He, He, hay muchos Hes sin poner, pero me desangro…
Cogió una venda, envolvió su muñeca en ella con fuerza para cortar la hemorragia y respiró aliviada al saber que había salvado el tintero de su alma, esa preciada tinta roja que no venden en la vida, esa preciada tinta que necesitaría para seguir escribiendo en rojo intenso esa vida interior suya que ella no controlaba, que no terminaba de comprender…
Blondie