17 de noviembre de 2012

En Tinta Roja


Le dio un tajo a la vena de su muñeca izquierda con una navaja, depositó el brazo sobre la mesa, mojó en la vena el plumín y comenzó a escribir…

He esperado muchas cosas de la vida que no me ha dado, no porque tuviese que dármelas sino porque yo las esperaba, esas cosas pequeñas e insignificantes pero que te hacen sentir amada.

He ansiado muchas veces ese insignificante detalle que convierte algo insignificante en algo relevante.

He deseado intensamente que el feto prendido en las entrañas de mi vientre fuese acariciado dulcemente

He necesitado sentirme valorada, querida, deseada

He jugado con la vida, ya que ella lo ha hecho conmigo

He querido entender porque me faltaba el aire cuando apretabas mi garganta y yo dejaba poco a poco de verte

He escrito trazos de mis sensaciones con un tintero de sangre porque es él único tintero del alma

He llorado amargamente en silencio por tu incomprensión y tu abandono

He permanecido junto a ti toda mi vida sin que apenas te des cuenta lo que eso ha significado

He jugado a los amores una y mil veces con el afán de ganar aquello que no existe

He pedido a gritos que mi vida cambiase

He buceado por mi interior sin gustarme lo que veía

He querido ser una mujer nueva cada mañana y he inventado mil mujeres en mí que no existen

He necesitado ser sombra en la luz y oscuridad en la muchedumbre sin haberlo conseguido

He rechazado a los que me han exprimido

He odiado el egoísmo, la envida y la mediocridad

He preferido siempre decir lo que pensaba aun a riesgo de que no gustase

He malgastado mi pensamiento, pensando en ti

He luchado por aquello que quería con dientes afilados de animal salvaje

He querido creer que todo lo que me rodeaba era bueno hasta que un día comprendí que debía hacerme mala

He buscado la niña que hubo en mi, he intentado entenderla y he abandonado confusa en el intento

He fotografiado con el objetivo de mis ojos todo aquello que me parecía hermoso y he guardado esas fotos en el álbum de mi alma

He, He, He, hay muchos Hes sin poner, pero me desangro…

Cogió una venda, envolvió su muñeca en ella con fuerza para cortar la hemorragia y respiró aliviada al saber que había salvado el tintero de su alma, esa preciada tinta roja que no venden en la vida, esa preciada tinta que necesitaría para seguir escribiendo en rojo intenso esa vida interior suya que ella no controlaba, que no terminaba de comprender…

Blondie

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