4 de febrero de 2012


En un angosto y oscuro callejón perpendicular a una de las calles más importantes de la ciudad él toma cerveza, una tras otra, pero no se emborracha, su hígado y su mente son demasiado fuertes como para permitir que el alcohol los empape, se apodere de ellos. El manda, él siempre manda en su vida, la tiene controlada y nada ni nadie puede conseguir que pierda el control aunque sea por un instante, por un solo instante…

Y eso le mantiene en pie, fuerte frente al resto de los humanos que se cruzan con él por cualquier causa. Él siente y mucho, pero su cabeza permanece intacta. Simplemente guarda sus sensaciones en un hatillo y deambula, deambula…

Esa es su carencia, la ausencia de su propio abandono…

Blondie

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.