5 de junio de 2009

Dos Hombres y Un Destino

Cuando Tomás, Tom para los amigos, le vio de espaldas al fondo del vestuario sintió que le envolvía una oleada de deseo, miró de arriba abajo su cuerpo desnudo, tenía una espalda recta y musculosa con ese músculo justo, ese músculo que se deja entrever. La ausencia de grasa en su cuerpo era evidente, bajó su mirada hacia su culo, redondo y bien colocado, era un culo perfecto, muy bello, continuó su recorrido recreándose hacia sus muslos, atléticos y duros, unos muslos fuertes y bien formados que continuaban en una piernas hermosas que a su vez descansaban en unos pies angulosos y huesudos, unos pies para besar. Tom era un mujeriego redomado, pero la belleza de ese hombre era tal, que no podía apartar los ojos de su cuerpo...

Se aproximo hacia él despacio por el pasillo del vestuario, quería buscar una excusa para verle desnudo por delante. Tom le saludó cordial y él se giró para responder al saludo frotándose enérgicamente el pelo con una toalla. Cuando se volvió frotando esa toalla y le vio tan cerca, su deseo se convirtió casi en locura... Su torso era perfecto, su abdomen marcado, su belleza insultante... Fue mirarle y Tom sintió como su polla crecía y se ponía completamente dura. Pero él seguía secándose la cabeza, hablando y bromeando ajeno por completo a lo que a Tom le estaba sucediendo, la clara evidencia abultada bajo su pantalón. Fue un instante, tan solo un instante y un pensamiento fugaz de intenso deseo lo que cambiaron las cosas, lo que hicieron que no las sopesase. Tom se bajo el pantalón corto de deporte y le empujó con fuerza hacia la pared del vestuario besándole y mordiéndole la boca con un deseo salvaje, descomunal, como jamas antes había sentido por nadie. Tom le empezó a tocar y a pellizcar jadeando, completamente excitado . Él oponía resistencia y eso aún le ponía más. Le gustaba tanto ese hombre que por un segundo perdió la cabeza y le dio la vuelta con una fuerza tal que casi rayó en la violencia, aunque era lo último que Tom quería ser con él, violento, solo quería amarle y apagar su fuego en él... Tom estaba como loco, la pasion ciega, el deseo incontrolado y la lujuria se habían apoderado de él, Tom le introdujo la polla con fuerza, moviéndose dentro de él con la fuerza de una bestia, sintiendo unas intensas contracciones, fue tal el placer que le estaba produciendo la penetración que no pudo contener el estallido de su orgasmo, su semen salió disparado vaciándose en él, que pegado contra la pared jadeaba y gemía de placer masturbándose.


Después, los dos, aun exhaustos, se fundieron en un tierno beso y supieron que era el comienzo de una gran amistad...


Blondie

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