18 de junio de 2009

Blondie Urbana : Casa Botín

Lo dijo Hemingway...

Cuando uno ha podido tener El Prado y al mismo tiempo El Escorial situado a dos horas al norte y Toledo al sur y un hermoso camino a Ávila y otro bello camino a Segovia, que no está lejos de La Granja, se siente dominado por la desesperación al pensar que un día habrá de morir y decirle adiós a todo aquello

Cristal del escaparate de Casa Botín fotografiado por maliZia kiss
en el que ampliándolo puede leerse esta cita de Hemingway

Cuando sales de la maravillosa Plaza mayor por el arco de cuchilleros, en pleno Madrid de los Austrias, te das de bruces con la casa de comidas y horno de asar Casa Botín, que sigue manteniendo el mismo aspecto de posada dieciochesca que tuviese antaño

En Casa Botín a lo largo de los tiempos han pasado por sus mesas personajes extranjeros de la literatura, como John Dos Passos, Scott Fitzgerald, Graham Greene, Ernest Hemingway, Frederick Forsyth...,

Benito Pérez Galdós cita este restaurante en su novela Fortunata y Jacinta y un adolescente Francisco de Goya trabajó en sus cocinas como friegaplatos

Casa Botín es el restaurante mas antiguo del mundo, se fundó en 1725, tiene tres pisos y un sótano con bodega, en su planta baja en el siglo XIX construyeron un friso con madera policromada con pan de oro, los escaparates y el mostrador de pastelería donde vendían pestiños, bartolillos, suizos y glorias de crema.

Si atraviesas el umbral puedes deleitarte de la buena comida castellana. Su especialidad es el cochinillo y el cordero que siguen asando en sus antiquísimos hornos de leña

Parada obligatoria para el buen yantar en el Madrid de los Austrias

Siempre que voy, me pido el sótano y siempre pido cordero y morcilla, me encanta ese lugar excepto cuando llegan los de la tuna con sus bandurrias achicharrando mis oídos y digo esto a pesar de que Antonio, su actual dueño, fuese tuno en sus años mozos, pero que le vamos a hacer, merece la pena pagar ese precio de capas con cintas de colores de la estudiantina con tal de comer allí...

Pues sí, definitivamente merece la pena, ni lo dudes…
Casa Botín, una elección perfecta.

Blondie

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