5 de enero de 2013

Siempre Queda Algo Por Hacer...


La noche del 31 despedía el año 2012, ese fatídico año que me hizo sentir peor que mal y lo despedía con una sonrisa, con un adiós no vuelvas más por favor, con un hasta nunca jamás, con un piérdete de mi vida y llévate toda esa mierda que me regalaste y lo despedía en Londres en un local genial y con muy, muy buena música…

Y un desconocido quiso bailar conmigo, me abrazó y me cantó enterita esta canción al oído con su perfecto inglés y yo le dejé hacer, su pronunciación me gustaba y me dejaba mecer en sus brazos y cerraba los ojos y le escuchaba, dulce, suave, bajito… Y sentía que un nuevo año empezaba con fuerza en mi vida, que todo sería ya diferente, que el dolor se quedaba atrás, que la vida merece mucho la pena, que la música embriaga más que el alcohol, que esa voz mágica y desconocida que me cantaba era la mejor terapia para mis tristezas...

Y le escuchaba… Y deseaba que nunca terminase ese momento... Y quería oírle y oírle y oírle… Que el mundo se parase en ese instante, pero ese instante pasó y salí de sus brazos, nos miramos, nos sonreímos, me dio un beso y yo le regalé mi tarjeta de mi diván sabiendo que jamás me leería porque el no habla mi idioma y yo no se escribir en inglés…

Blondie

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