Londres
De Londres no hace falta ni hablar, porque todo el mundo lo conoce, todo el mundo sabe que son especiales sus taxis, sus autobuses de dos pisos y sus cabinas, que iluminado de navidad está increíble, que merece la pena montar en el London Eye, por las maravillosas vistas que se ven, que la piedra roseta de la National Gallery es digna de ver, que tienen cuadros de nuestro Goya y nuestro Velazquez en el British museum. A mi La Venus del Espejo me dejó fascinada...
Que allí en pleno Londres, junto al Támesis sigue erguido y desafiante el Big Ben junto al Parlamento como símbolo vivo de Londres, que apetece pasear por Portobello, Notting Hill y por Candem Town con sus fantásticos canales, la variedad más extravagante que jamás haya podido ver en sus tiendas, y esas fachadas con botas Martens gigantes, Levi´s Strauss descomunales, serpientes, piernas con medias, … Y que Charing Cross apetece y que Picadilly es Picadilly y siempre todos los que vayamos a Londres nos sentaremos en sus escaleras.
Que apetece ver las obras de teatro pero nunca hay tiempo, que si paseas por Oxford Street o por Regent Street corres un grave peligro de querer comprártelo todo, pero todo, todoooooooooo, la milla de oro le llaman a estas dos calles, es alucinante… Por decir algo, que me viene ahora a la cabeza, en Regent está la tienda de Apple más grande que os podáis imaginar con un ratio de beneficio por metro cuadrado muy superior a cualquier otra tienda y yo allí he podido cacharrear lo que me ha dado la gana con todo sin que nadie me dijese nada, fue divertido...
Que puedes pasear por Hyde Park en bici o pisar las rayas de cebra de Abbey Road imaginando cuando las pisaron ellos e incluso parar el tráfico para hacerte una foto chorra y ver como los ingleses con su característica flema británica esperan pacientes a que termines sin pitar.
O divertirte por el Soho viendo la cantidad de tiendas extrañas, gente rara y Sex Shops que hay tan divertidos o admirar como yo he podido admirar en este viaje la maravillosa iluminación de navidad en Carnaby Street.
Así que solo puedo decir, que durante bastantes días me lo he pateado de arriba abajo hasta el agotamiento, hasta he ido a ver La Cámara de los Lores y la de Los Comunes y les he visto trabajar en vivo y en directo, vamos que he hecho todo lo que mi tiempo y mi body me han permitido y aún así me he vuelto con la sensación de no haber visto nada y es que Londres es mucho Londres, doce millones de habitantes repartidos por una ciudad inmensa, con un metro fácil de utilizar.
Hablando del metro, una de las cosas que más me gusta a mi del metro son sus gentes, nadie mira a nadie, todos van a su bola, negros extravagantes, tías vestidas de las formas más extrañas, a mi eso me encanta, tengo que reconocer que he vuelto de este viaje londinense total y con una nueva manía, comprarme muchos gorros, me chiflan los gorros y la forma tan genial que tienen de llevarlos los ingleses.
En fin como dije antes Londres es mucho Londres y me temo que tendré que ir un montón de veces más para poder empezar a decir que lo conozco un poquito y eso que esta es ya la cuarta vez que he ido…
Blondie…