27 de diciembre de 2010

Bufandas y Abanicos


Los grados bajo cero calaban hasta sus huesos, pero no le congelaban , tan solo le helaba la ausencia, la soledad, la tremendas ganas de huir de todo, tal vez incluso de si mismo…

No se encuentra el calor huyendo ni emigrando a lugares cálidos, tan solo hay que saber encender la estufa del alma, subir los grados y enfrentarse a la vida con nuevas temperaturas.

Si son frías se abrigan las sensaciones con bufandas, si son cálidas se disfrutan y si son demasiado calurosas se airea el alma con un abanico, pero siempre, siempre, siempre…siempre hay que tener la bufanda y el abanico no se puede esperar que alguien lo tenga por ti…

Blondie

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