Reconciliándome con Richard Gere

La verdad es que suelo ver muy poquito la tele, por no decir nada, pero ayer por la noche me dio por ver una película que ponían en la tres, las dos caras del mal. En las primeras imágenes empecé a recordarla entera, ya la había visto, pero seguí allí clavada en mi sofá frente a mi televisión.

Cientos de veces he oído en cientos de bocas, casi todas femeninas lo buenísimo, apetecible, deseable y guapísimo que es Richard Gere y todas esas cientos de veces siempre he pensado lo mismo: sí, el caso es que este chico es guapo y tal pero…no se…a mi me parece artificial…un poco plastquillo, y nunca acababa de convencerme su belleza, vamos que no se puede decir que sea un actor que me pone, ni el prototipo de físico por el que perdería la cabeza o del que yo me enamoraría..., pero anoche…anoche de repente, según iba viendo la película empecé a mirarle con otros ojos, no se si será porque he madurado desde el año 95, que es cuando la estrenaron y la vi, por lo estupendisima que es la peli o por el papel de abogado duro, listo y a la vez ingenuo que hace en la peli, pero el caso es que anoche me fui a la cama deseando ser Laura Linney, para que besara mi cuello y mi hombro como solo sabe hacerlo Richard Gere…

Blondie