Sorolla: Hispanic Society of America

Impactada, esa es la palabra que define lo que sentí al ver la exposición de la Hispanic Society of America de Sorolla en el museo de Bellas Artes de Bilbao. Me pareció de una belleza espectacular. Pasé rato y rato moviendome entre los catorce paneles que forman esta exposición admirando el pincel de Sorolla, la increible luz de sus pinturas y toda la belleza.
Una pda me iba contando los detalles de cada cuadro, que escuchaba atentamente, sumergiéndome en cada paisaje con la explicación y disfrutando de cada detalle. No se puede decir que una tabla me gustase menos que otra pero la que me dejó realmente impresionada y no me cansaba de mirar fue la de los nazarenos, me pareció que tenía una fuerza increíble ese cuadro, esos nazarenos tapados delante de mi, tan reales, tan vivos, descalzos, escoltando al penitente con su cruz, delante de la virgen y con la torre de la giralda al fondo. Me gustó muchísimo también el de la pesca de los atunes con ese blanco de los trajes de los marineros que según te acercabas se difuminaban sus siluetas y delante de mi esos atunes de Ayamonte que no se definen muy bien, un cuadro bellísimo…

Y fui paseando una y otra vez por la sala admirando uno a uno los catorce paneles a cada cual mas bello. La fiesta andaluza, de un colorido inigualable con esas mujeres ataviadas con el traje de faralaes bailando con los brazos en alto, la jota de Aragón con esas mujeres de divinos trajes verdes, el concejo del valle del Rocal, las grupas de Valencia portando la señera, la luminosidad tenue de Guipuzcoa, el palmeral de Elche con su explendida luz, el campo andaluz, Extremadura donde plasmó la esencia de su mercado, los toreros de Sevilla con sus trajes de luces, la romería de Galicia, la frescura del pescado en Cataluña, la fiesta del pan de Castilla en un larguisimo panel para admirar detalle a detalle...Un recorrido por la geografia de España que Sorolla plasmó en sus pinturas de una forma inigualable.

Disfruté muchísimo saboreando los catorce paneles de una grandiosa genialidad de un gran pintor valenciano.

Quien tenga oportunidad, que no se lo pierda, una exposición digna de ver y requetever.

Me sorprendió enterarme que invirtió una media de dos meses en pintar cada uno de ellos. ¡Alucinante!

Según escribo ahora esto volvería al museo para disfrutar de nuevo de toda esa belleza, rato y rato, sin cansarme…

Blondie