23 de junio de 2008

¡¡¡ Lo Tengo Decidido !!!




Y visto lo visto con los agentes de movilidad, pues me la voy a comprar, que la mania persecutoria es con los de los coches...
Ah pero eso sí, con sidecar, que a UNA le gusta ir siempre acompañada...

Cosas que pasan a diario

Pues salí yo la otra mañanita de casa para ir a trabajar, tarde, como siempre, porque lo mío es grave, que por más que lo intento no consigo ni un solo día llegar pronto y eso que todos los días me lo propongo, no os vayáis a creer; pero luego no se que me pasa que siempre me lío, que si ducharme, que si desayunar mis tostaditas de jamón con aceite virgen y las noticias de la uno, que si el rimmel y la rayita del ojo, que si el pelo, que si ¿que me pongo?, que si mi perfume, que si ¿me pongo un collar?, que si ¡vaya pues este bolso no pega!. El día que mi bolso no pega es un verdadero drama; intento cambiarlo rápido aunque acabo volcándolo todo en la cama y metiéndolo en el otro a toda prisa, viendo la cantidad de cosas inútiles que llevo pero sin poder hacer nada a esas horas. Ya lo haré esta tarde, -pienso-, pero luego nunca lo hago y así el contenido de mi bolso crece y crece…tanto crece que a veces hasta tengo la sensación de ir de viaje en vez de ir a trabajar, porque con esto de que se llevan los bolsos grandísimos os podéis imaginar lo que yo llevo dentro…¡en fin!, el caso es que por una cosa o por otra nunca llego, aunque me levante antes, ¡comprobadísimo!; ¿será que no tengo ganas de ir?

Y al fin cuando lo tengo ya todo, pues salgo de casa escopetada, a no ser que se me haya olvidado por ejemplo el brillo de labios, que entonces vuelvo sobre mi pasos a ponérmelo, aunque llegue tarde, ¡que una es muy presumida, caramba!, o se me haya olvidado el móvil, o cualquier otra cosa, y siempre, siempre, se me olvida algo y tengo que volver, ¡ay esta cabecita la mia...!

Bueno pues a lo que iba, que me enrollo como las persianillas yo solita…Pues que la otra mañanita al fin conseguí salir de casa, con mi paraguas rosa chicle, - porqué hay que ver que tiempecito que gastamos en junio, a este paso nos quedamos sin verano…-, porque llovía mogollón y justo al girar la esquina, ¡zas!, uno de los de movilidad protegiéndose de la lluvia bajo un alerón de un edificio. Le miro con cara de pocos amigos y el tío va y me sonríe, ¿me sonríe?, ¿cómo es posible?; el caso es que parece simpático y todo…¿simpático?,¿ estaré todavía dormida?. El caso es que no lo pienso dos veces, - nada difícil por otro lado, porque a ver, ¿realmente creéis que a esas horas se puede pensar?- , y le suelto así de sopetón una preguntita: ¿Por qué sois tan capullos con nosotros?, como si no tuviéramos bastante con luchar en esta jungla a diario, - le digo-: pensando -ahora me la cargo, seguro que me multa…-, ¡uy!, pero no…, noooo…, va el tío y se descojona, lo que oís, ¡se descojona!, se empieza a reír con esos preciosos dientes, que me dan ganas de mangarselos para ponerlos en mi vitrina, de lo preciosísimos que son, y es que el tipo encima de esa sonrisa de vértigo que tiene, es guapo, lo único que ensombrece el paisaje, es la visión de esos colores verde fosforito con esas horribles letrujas que dice “agente de movilidad”. No todo podía ser perfecto...

El caso es que me explica que ellos también están muy estresados, que Madrid también les mata, que bla… bla…bla…y bla…,bla…bla…, que llego tarde, -pienso mientras escucho su disertación con cara de gilipollas-, que no llegooooo…

Bueno pues me ha prometido que cuando pase por la mañana, por esa calle anchota que cruzo todos los días, ¡no me pitará!, ni me dará instrucciones como si fuese un tractor o un burro detrás de una zanahoria…¡Ah es que no os lo había dicho!, todas las mañanas cuando paso me pita, y eso que voy andando, pero organiza el movimiento de mis piernas a su antojo; unos días me hacía acelerar, otros me paraba tajantemente con un pitido, otros movía su manita con ese gesto que hacemos a los perritos para llamarles, ese que pones la mano abierta con la palma hacia ti y doblas la parte de los dedos como un abanico mientras dices ven…, perrito, ven….¿sabéis el gesto que digo, verdad?.

Ay, suspiro mientras me alejo…¡que guapo!, pero que guapísimo que es…. Flotando y absolutamente despreocupada de las horas que gastan…, importandome un rábano lo tarde que llego… ¿será mi príncipe azul disfrazado de movilidad?, por que si no, a ver, que me lo explique alguien...

¡En fin!, cosas…

Que pasan a diario, claro…

Blondie

1 comentario:

Anónimo dijo...

je je

buenisimo¡

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