20 de diciembre de 2012

Ven...


Enciende mi noche con tu calor que quema mis heladas sensaciones y consigue derretirlas en tus brazos. Háblame de todo eso que yo quiero que me hables, no tengas temor, no pienses que no te escucharé, porque quiero oírte, saberte, sentirte y hacer tangible eso que ambos esquivamos, ven…

Ha pasado ya demasiado tiempo y el tiempo no cura, no atenúa, el tiempo encanece nuestra ausencia, ven…

Yo no me he ido, sigo aquí, dentro de este cuerpo, con la misma mirada, con el mismo tacto en mi piel y con esa maquinaria mía interior que palpita, que se mueve al son de mis vivencias, de mis sentimientos, sin necesidad de carburantes, sin aceites, sin baterías, sin pilas…

Pero viva, muy viva, sin necesidad de que me den cuerda para que no me pare y quiero contártelo ahora, a ti, en este momento, en mi noche, en mi momento de abandono, en la distancia de una proximidad imposible.

Y quiero gritarte ven, bien alto, bien claro, para que todos me escuchen y sepan que quiero que vengas…

Pero tengo un problema, me doy cuenta de repente y una sensación de impotencia me invade. Carezco de remitente. No existes.

Y me voy sola a la cama y acaricio mi cuerpo con tus manos que yo misma he dibujado y pienso en tus besos que yo misma he inventado y siento como tu sexo me penetra, ese sexo tuyo que yo he diseñado y quiero escuchar tus gemidos pero solo escucho silencio porque olvidé inventar el timbre de tu voz.

No todo puede ser perfecto, eso pasa con los inventores, con los sabios despistados…

Blondie

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