24 de diciembre de 2012

24 de diciembre Puchero, Fogón y Corazón


Ya no queda nada de lo que hubo, si es que por haber hubo algo o tan solo fue una ilusión óptica acompasada por la dulce melodía de las soledades compartidas.

Quisieron creer que el mundo era de ellos y lo tomaron sin dudarlo.

Hicieron un guiso con un revoltijo de ingredientes que aportaron para cocinarlo a fuego lento con el calor de sus sensaciones y se quemó, se quemó y se quemó el guiso, dejando ese gusto a quemadillo imposible de quitar. La única opción que les quedaba pues era la de tirarlo a la basura y comenzar de nuevo otro guisote, poniendo más ojo, más cuidado y más corazón, pero volvió a quemarse.

El tema de las cocinas y los guisotes es, según, como, cuando, quien, con quién y depende, no todo es matemático, es más bien intuitivo y eso de guisar los sentimientos y rehogarlos es tarea difícil, no siempre sale al dente, muchas veces la impaciencia hace que apagues el fuego antes de hora y se quede crudo y otras que lo tengas demasiado tiempo en ese fuego y se queme e incluso a veces se requeme.

No todas somos María y podemos alumbrar un dios, puede que en el portal haya alguien esperándonos o tal vez no.

No todas tenemos reyes que nos puedan visitar para agasajarnos con sus riquezas materiales y no todas queremos oro incienso y mirra, a algunas nos gustan otras cosas, menos llamativas pero más intensas, más gratificantes, más duraderas.

No se puede morder el polvo de un camino incierto, engullirlo a secas sin dar un trago y dejarlo reposar en el interior de las entrañas, porque las entrañas se rebelan, protestan, se ponen de parto y alumbran una angustia contenida, un inmenso deseo de no desear y una necesidad imperiosa de ser una María cualquiera con virgo en los sentimientos.

No todas somos las madres de algo, ni gritamos fuerte feliz Navidad, porque a veces no es tan feliz, porque no queremos sentir ese día que algo que no es sigue sin ser, porque nos gustaría creer que esa noche es diferente, que esa noche nació el hijo de Dios, pero no nació o si nació a veces es demasiado injusto.

Y si por casualidad es verdad que nació, que me devuelva lo que un dia él me arrebató…


Blondie


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