28 de mayo de 2008

Regreso a ninguna parte

Cuando vi aquel camino me pareció muy sugerente, muy apetecible y comencé a andar por él sin volver la vista atrás.

Avanzaba y avanzaba saboreando todas aquellas cosas que jamás había visto antes. Eran cosas totalmente nuevas para mi, algunas de una belleza espectacular y otras de un negror y una fealdad tremendas, pero eran todas nuevas para mí.

De vez en cuando me paraba en el camino para tomar aire, para descansar y al ratito comenzaba mi andadura nuevamente, sin volver la vista atrás. Continuaba explorando…

Por el camino me fui topando con todo tipo de gentes, gentes de ley, de esas que sus valores son férreos y arraigados, con otras gentes de sentimientos profundos, de esas que saben amar de verdad, aunque sientan temor por ello, también con esas gentes llenas de luz, de esas que les envuelve un halo de magia, con gentes misteriosas de esas que tienen como un imán especial y como no, con gentes de tinieblas, oscuras e invisibles, de esas que se protegen en las penumbras para no ser vistos, para no ser descubiertos y que solo son capaces de mostrarnos su lado mas oscuro, mas tétrico y además también me topé con gentes lineales, de esas que no se complican la vida ante nada y piensan que la vida es como es, que es la que les ha tocado vivir y que hay que aceptarla a pies juntillos, que, ¿para que buscarles tres pies al gato?, y que continúan sin muchas complicaciones, respirando y viviendo sin mas…, los mas listos estos últimos, sin lugar a dudas. Les envidio…

Me gustaba mucho ese batíburrillo de gentes peculiares y diferentes que de una u otra manera iban convergiendo en mi.

Y seguí explorando…

El camino era largo, infinito y yo avanzaba por él con mis cinco sentidos alerta y sorprendiéndome por todo lo que iba conociendo. Y seguía…, seguía avanzando…

Me topé con campos de un verde intenso, de esos que al mirarlos percibes la esperanza, con rosas espectaculares, de esas que son de una grandiosa belleza y que su aroma envuelve tus sentidos trastornándolos, con paisajes de nieve impoluta, cuyo blanco deslumbrante y cegador te hace percibir la ingenuidad y la claridad, con mares calmados, que te llenan de sosiego y hacen que tu mente sueñe, viaje, vuele… y también con mares muy bravos y agitados, que te llenan de inquietud y de temor, con ríos traicioneros, que hacen que crezca tu desconfianza, con pozos sin fondo, que al mirarlos sientes que es como caer en un agujero profundo y negro sin salida y con montañas inexpugnables, que por mas que quieras escalarlas, sabes que jamás podrás….

Era un camino que me ofrecía todo ese mundo que yo jamás había conocido y quería seguir explorando…

Avancé y por el camino encontré posadas para mi descanso, que dieron reposo a mi agitada alma, oasis en medio de desiertos donde poder beber e hidratar mi pobre estado anímico cuando sentía que se secaba, con espadas implacables que querian abatirme y me hacian luchar para defenderme y con dardos venenosos que querían clavarse en mi agotado cuerpo para diseminar en mi interior su veneno, que tenía que esquivar cuando mis sensores me advertían del peligro…

Pero aún así continué el camino, continué explorando…

Hasta que un buen día, al alba, descubrí una piedra donde sentarme y descansar, un lugar de ensueño y allí me quedé largo rato, largas horas, largos días, largos meses pensando, pensando…

Hasta que llegué a la conclusión que el mundo que había dejado atrás, antes de iniciar el camino era menos lúdico, mas tortuoso, empinado y difícil, pero muchísimo mas intenso y rico que este y quise volver a él, pero descubrí alarmada que había olvidado dejar, una a una, todas las piedrecillas de cristal brillante que llevaba en mi bolsillo, para que me indicaran el camino de regreso sin perderme…

O tal vez no lo olvidé, sino que simplemente no las fui dejando intencionadamente porque no quería saber el camino de vuelta...

Blondie

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes Blondie. Has caminado, y has aprendido. Tienes mas cicatrices, pero eres mas sabia y más lista. Respecto al camino de vuelta... descubrirás que a veces el camino de regreso se encuentra...un poco más adelante, tal vez en el próximo recodo. O tal vez en el siguiente...

Un caminante

Anónimo dijo...

si quieres te acompaño en el camino, parece sugerente.
Pero no te enseñare a retroceder

Alea jacta est





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