5 de enero de 2017

De la Pluma al Boli

Mataría por descifrar tu caligrafía, por leer esos renglones amontonados que se cruzan sin paralelismos, en tu pequeña libretita que tienes ahora entre tus manos en el kiosquillo del parque. Acabo de enamorarme de tu boli, le envidio porque el sabe lo que estas poniendo en esas hojas ralladas.

Pido otro café, ya voy por el tercero y tu ni te percatas de mi presencia y yo te observo ensimismada como escribes, lo haces tan deprisa que tengo la sensación que necesitas vaciar con urgencia algún dolor de esos que oprimen el alma, de esos que necesitas gritarlo para no implosionar.

Continuas con tu vorágine caligráfica  y yo tengo la sensación de ser una de esas que va en el metro leyendo de prestado el periódico del de al lado, porque así continuo yo en la mesa de tu izquierda mirando de reojillo todo el rato.

De pronto te levantas y te vas hacia el baño y dejas en tu mesa tu gabardina y tu libretita y se apodera de mi unas inmensas ganas de cogerla y salir pitando de ese lugar, pero me reprimo y espero estática saboreando mi café.

¿Cómo va a terminar su escrito si se la quito? y por eso decido no hacerlo, ya se la quitaré cuando termine si le pillo en un descuido, pienso. Al rato vuelves a tu mesa, ni siquiera me miras, para ti soy invisible, y continuas escribiendo.

Yo soy una mujer anónima, tu eres famoso, te conozco por eso, por tu fama y estas ahí, junto a mi durante horas sin percatarte de mi presencia y yo mataría por saber lo que estas escribiendo, ¿será tu próxima novela?

Me gustaría preguntártelo pero me  siento en ese instante como una minúscula mota de polvo a tu lado y renuncio a ello.

Se empieza a llenar el lugar y se acercan varios a tu mesa, quieren autógrafos y selfies y tú resignado lo haces pero con la mente a kilómetros de tus admiradores, creo que estas contrariado por tanta interrupción, por la osadía de tu fans de separaros sin permiso a tu boli y a ti, pero solo lo creo, la verdad no se muy bien sin en el fondo eso te gusta y riega tu ego, que ya está bastante alimentado, no se muy bien con que conclusión quedarme. Ya lo pensaré mas tarde.

¿Sabes?, soy muy observadora y percibo un ligero temblor en tu mano cuando coges de nuevo el boli. Me gusta tu mano, es una mano vivida, arrugada, llena de manchas, es la mano de un octogenario que posiblemente haya pasado toda su vida solo, primero con su pluma y más tarde con su boli, sin mirar a tu alrededor, tal vez por ser demasiado bueno escribiendo y no haber intentado nunca bajarte del pedestal en el que un día todos te pusimos…

Blondie

maliziakiss.com

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.