13 de agosto de 2010

Pura Coincidencia….¿Pura Coincidencia?


Cuando anoche llegué a Madrid fui directamente al tanatorio de la M30 a ver por última vez a mi amiga Bárbara, cuando llegué y vi donde estaba un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba abajo. Estaba en la sala número dos del tanatorio.

Hace ya algunos meses, el sábado anterior a semana santa de este año yo estaba en esa misma sala para darle el pésame a ella. Se había muerto su suegra y ella hacía los honores a todos los que fuimos a visitarles. Recuerdo que fuera de la sala en el mismo lugar que anoche abrazaba y besaba a su marido, ella y yo estuvimos hablando casi una hora. Ella estaba perfecta, me hablaba de sus planes inmediatos, de su enfermedad ya superada, de lo pronto que iba a volver a trabajar, hablamos mucho rato, mucho…Yo le contaba mis cosas y ella feliz, sonriente me decía que teníamos que quedar para cenar después de las fiestas. Estaba radiante, llena de vida, llena de luz. Entraba y salía en esa sala para atender a los amigos que iban a darles el pésame una y otra vez, para llevarles a esa especie de urna de cristal, de habitáculo donde está el difunto amortajado para que la gente lo vea.

Ayer era ella la que estaba amortajada en esa misma urna, rodeada de flores, me dijeron, yo no tuve valor, no pude entrar a verla, tan solo guardaba silencio encogida sintiendo por dentro que me estaba quemando, un fuego abrasador me invadía. A eso le llaman los expertos ataque de ansiedad, yo me quemaba y sentía la presencia de la muerte más cerca que nunca, quería huir de allí, escapar corriendo como una niña pequeña pero había que guardar las composturas, no podía permitir que la ansiedad me venciese, no podía permitir convertirme en la protagonista de algo que era el dolor de algunos y respiraba hondo, despacito metiendo el aire hasta muy dentro de mí y rogando a cualquier dios de esos que nos venden que por favor fuese capaz de controlarlo.

Ella estaba tumbada en el mismo lugar que lo estuvo su suegra meses atrás, el tanatorio es inmenso, pero le tocó la misma sala, el mismo lugar. ¿Pura coincidencia?, ¿o la muerte ese día echó sus garras sobre ella?

Anoche volví mala a mi casa y aún continuo mala, creo que me costará mucho olvidar todo esto….

Hoy tengo que volver allí para acompañar el séquito, para ir a incinerarla. Que los dioses me den fuerzas por favor, que me ayuden a tener el valor necesario para pasar desapercibida, me siento ahora tan enferma…

Blondie

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