8 de septiembre de 2006

Capitulo 4º: Meditando

Mientras Mar entraba para hacer su prueba, Marina se quedó pensativa...parecía que no había pasado el tiempo, cuantas veces había temido este momento,-pensaba- aunque ahora que había llegado, reconocía que no había sentido tanto como esperaba. Él no había cambiado nada, seguía teniendo la misma mirada que le había enamorado, pero ya no sentía nada, aunque ese beso... ¿o no quería sentir nada?, ¡no¡, definitivamente, no sentía nada, se decía..., aunque ese calor... ; Solo quería proteger a Mar, eso era, intuía que esto no terminaría aquí y se sentía asustada...

Volvió a meterse en un bar, no quería arriesgarse a encontrárselo de nuevo. Se sentía muy nerviosa, al verle se habían revuelto sentimientos y recuerdos que ella ya creía dormidos y estaba empezando a sentirse muy angustiada. Entró en un café, parecía agradable, buscó una mesa apartada y pidió un café solo.

Sabía que a él le daba lo mismo, si había tenido un hijo, eso lo tenía claro desde el mismo momento en que él le dijo: ¿y a mí que me cuentas Marina? ¿ no pretenderás que cargue yo ahora con esto, no?, te recuerdo que los dos sabíamos lo que hacíamos…¿Por qué tiene que ser mío Marina?.

Marina tomaba el café lentamente, pensando en todo aquello, recordando como lloraba de dolor al escuchar sus palabras, ¿acaso no sabía que le quería con locura?, que había sido su primera y única experiencia?, recuerda como entonces le miró despacio a los ojos y le dijo: tranquilo Nando, es mi problema y jamás será tuyo, esa fue la última vez que le vio… , y ahora… no tenía fuerzas para enfrentarse a él…

Virginia había estado años atrás, en su casa de la playa, un verano y a su vuelta le había contado la clase de tipo que era, un tipo con no demasiados escrúpulos, con un concepto del amor escaso y pobre y demasiado seguro de si mismo, como para perder un segundo de su vida, en pensar en alguien.

Mientras Marina, tomaba un café, pensando en todo eso, Nando, había entrado en el Liceo buscando a Marina y vio que estaban haciendo una prueba a su hermana; Mar se dio cuenta de su presencia y empezó a mirarle con coquetería, era tan guapo....

Cuando le dijeron que descansará se acercó a Nando y le dijo:


- hola, antes te vi con mi hermana, ¿la conoces?, te vi saludándola
- claro, le dijo Nando, sonriendo, ¿como te llamas?
- Mar, ¿y tú?
- Fernando, pero puedes llamarme Nando, así me llaman todos
- ¿de que conoces a mi hermana?, jamás me habló de ti
- Es una larga historia...por cierto, es increíble lo que te pareces a tu hermana, sois iguales, cuando la conocí no me dijo que tuviera una hermanita pequeña, es curioso, -dijo pensativo-
- Bueno mi hermana es mas mayor que yo, nos llevamos unos cuantos años, aunque si, es cierto, siempre nos comentan que nos parecemos, bueno por algo somos hermanas, no?; Oye pero dejemos de hablar de ella, termino enseguida, una prueba más y ya estoy lista, ¿tomamos algo?, ¿por que no me esperas?
- ¿y tu hermana?
- bueno le pondré alguna excusa, la llamaré a su móvil y le diré que no me espere, que me vuelvo con una amiga, ¿vale?
- ¡de acuerdo¡ te espero en el bar ese que hay enfrente, el de los toldos rojos.
- en cuanto termine, iré, ¡te lo aseguro ¡, me pareces un tipo interesante, me gustará conocerte...



Y le regaló esa sonrisa que ella sabía poner tan bien…

Nando entró en el bar y se dirigió a la barra, hacía un mucho frío, ¿o lo tenía él? y necesitaba un café muy caliente, miró a su izquierda y vio a Marina sentada al fondo, pensativa, estaba tan hermosa..., cogió su taza y se sentó en su mesa sin pedirle permiso.

Y sin mas preámbulos le dijo, Marina, he pensado tanto en ti estos años, se que lo que te hice mucho daño, quise saber de ti alguna vez, te llamé varias veces pero tu padre no me pasaba contigo, me colgaba el teléfono, y eso que le decía que era otra persona. La última vez que te llamé, me contestó tu madre y me dijo, está de viaje de novios y ya no volví a llamar mas, pensé que me habías olvidado. Se que no entenderás que te diga esto, pero siempre te he querido Marina, se que piensas que no quise saber nada, pero lo que no sabes es que yo era igual de ingenuo que tu, que estaba despertando en el amor y en el sexo como tu, que mi corazón era puro como el tuyo, tan puro como el amor que sentía por ti, pero, ¿recuerdas ese pueblo en el que veraneaba?

- si, -dijo Marina
- Bien, pues una noche, probé el alcohol, en las fiestas y había una chica allí... y...bueno, pues se quedó embarazada, su padre me obligó a casarme con ella, cuando me contaste lo que te pasaba, no tuve valor para decirte que ella estaba embarazada de 4 meses y que me casaba, dentro de 10 días. Perdóname Marina, por favor, perdóname.... Se que te hice creer que eras una diversión para mi, que no te quería, pero no puede decirte la verdad, Marina, perdóname..., perdóname...


Como podía ser tan mentiroso?, Virginia, su mejor amiga, ya le había avisado de la clase de tipo que era, ¿acaso pensaba que ella era tonta?. Hizo un ademán para levantarse, alterada, pero Nando la paró con su brazo, cálmate Marina por favor, cálmate, y mirándola le dijo: -estas tan guapa Marina, tan guapa-, quédate un rato conmigo por favor, quédate...

Marina volvió a sentir ese fuego, ¿pero? ¿Pero que era aquello?, ¿no le había olvidado?, ¿entonces?, ¿porque ese calor?.

Se sentó y le miró fijamente a los ojos, y le dijo: no trates nada conmigo Nando, ya me hiciste bastante daño ¿no te parece?, puso unas monedas sobre la mesa y se marchó sin volver la vista hacía atrás...

Nando sabía que nada podía hacer, sabía que le odiaba, se lo había dicho Virginia cuando fue a su casa aquel verano, le había dicho:- Marina no te quiere, se ha casado y es feliz-, así que no pienses mas en ella por favor, mírame a mi, Nando, siempre me gustaste, siempre...

Teresa y él había roto hacía ya muchos años, tenían un hijo, David, que era lo único que se salvaba de toda esa locura, que vivieron en su matrimonio, ella era un poco bruta, siempre lo había sido, desde el principio, y muy obstinada y él a pesar de intentar aguantar a su lado por su hijo, un día ya no pudo mas... y le dijo que no la quería... que amaba a Marina...; Teresa se puso furiosa, quiso llamarla, pensaba que estaban liados, que se veían a escondidas, y tuvo que tranquilizarla...hasta que al fin lo entendió... y rompieron la unión de sus vidas, de unas vidas que jamás debieron de unir, pero aquellos tiempos..., aquellos tiempos fueron muy difíciles, tiempos de tapar vergüenzas....


Ahora con el paso de los años, tenían una relación cordial y David se lo agradecía a los dos, había crecido entre disputas, pero ahora podía disfrutar de sus padres con serenidad, aunque fuese por separado. Nada sabía de lo de Marina, aunque Nando más de una vez, había sentido la necesidad de contárselo, de decirle que tenía otro hermano o hermana...

Pero al final siempre callaba, no tenía valor, pensaba que eso le haría mucho daño. Ya había sufrido tanto cuando se separaron, que ahora no quería que su vida se tambaleara nuevamente.

- ¿Marina?, no me esperes más, esto se alarga, ya iré después yo a casa, además me ha llamado Lucía, vendrá a buscarme, ¿vale?
- Pero Mar, no me cuesta ningún trabajo, estoy dando una vuelta, puedo esperar
- No Marina, ve a casa, ya iré yo mas tarde

Marina se quedó un momento dudando, pero accedió, estaba deseando salir corriendo, escapar de Nando y ahora Mar, se lo había puesto fácil.

- De acuerdo Mar, pero no tarde por favor, ya sabes que papá y mamá se preocupan…
- No tardaré

Marina necesitaba serenarse, no quería que Alberto la viera en ese estado, no quería que le hiciera preguntas, no quería decirle lo que había sucedido así que decidió que se iría andando a casa y daría un paseo por el parque de Benderrida, antes de ir a casa, eso le serenaría… Luego iría al mercado de Sarriá y compraría algo especial para la cena, no quería pensar mas en todo eso….

Cuando Mar fue al bar de los toldos rojos, Nando ya se había marchado…

Mientras tanto, lejos de allí Alberto hablaba con Virginia y le decía cuanto la deseaba…

Mar estaba furiosa, ¿Qué se habrá creido este tipejo? –pensaba-., marcó en su movil el telefono de Lucía y le dijo: Lucia, ¿Por qué no vienes a buscarme? Ya he terminado la prueba y Marina se ha marchado, vente y tomamos algo ¿vale?

- dame media hora, dijo Lucía
- bien, estoy en un bar de toldos rojos frente al Liceo, se llama soneto azul, no tiene perdida, te espero.

Pidió una cerveza y esperó, mientras se iba calmando, vaya tipejo, -pensaba y sonreía…

- Hola Mar, ¿te has aburrido mucho preciosa?
- Hola Lucía
- Mira te presento a David, es compañero de facultad y justo me lo acabo de encontrar
- Hola Mar
- Hola David
- Uff, ¡que guapo –pensó Mar- mientras decía ¿Qué tomáis?

Blondie

Y PASO EL TESTIGO A LA HIJA DEL CHAMAN

2 comentarios:

Alex dijo...

Hmmm, me gusta, me gusta, me gusta...Malizia, me gusta mucho.

Martxoso dijo...

Biemmm... Ehm... NUevamente el pasado que acude, que asalta. Tal vez las segundas oportunidades... Digamos que soy absolutamente lego en esto de las narraciones, si se me permite decirlo asi; pero he de felicitarla, doña Malizia. Esa percepción de lo sutil... mmmmm... Biemmm!!

M.Hosso

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