TARDE
Cuéntame, como cuentas los granos de arroz cuando hay una
guerra, lentamente, despacito, que pasó aquella tarde que no pudiste mirarme, porque
tu boca sabía a lejía y tus manos olían a disolvente
Explícame porque dejaste de reír a mi lado cundo yo te
contaba todo aquello que daba mucha risa, por qué cambiaste la palabra amor por
Roma y fuiste solo a la Fontana que nos esperaba a los dos con nuestra moneda.
¿Qué le dijiste cuando te preguntó porque no estaba?
Ahora deshaces tu camino y vienes a mí con tu boca que sabe
a canela y tus manos que huelen a suavizante
Pero yo encontré otra boca donde beber el néctar y otras
manos con olor a bosque salvaje.
Ya no hay retorno, ya no hay moneda para Fontana porque me
la gasté en un rasca y me salió ya no te quiero.
maliZia kiss