2 de enero de 2014

El Amor, Ese Eterno Dilema…

Soy prisionera de mis sensaciones y tu eres el carcelero que las vigila, el que deja que sigan presas, con ese estar tuyo y no estar, con tus silencios que aturden de tanto hablarme, con esa maldita manía tuya de vivir en mi sin que yo te deje, con esas miradas llenitas de todo eso que yo no quiero saber. Dame las llaves, abre la celda y devuélveme mi libertad, déjame volar y equivocarme y olvidar que un día te conocí…

Tan solo las cadencias entre segundo y segundo son mías y pueden llegar a ser eternas si yo quiero, tan solo tengo que olvidar que existes en ellas y libre, ilusoriamente libre de tu embrujo, pero luego llega el otro segundo y vuelvo a acordarme de ti y así sesenta segundos y otros sesenta y un minuto y otro y una hora y otra y un día y otro y un año y otro…

Y tu mientras perdido en ti, sin saber muy bien donde hallarte, sin querer soltar las llaves, sin querer atravesar el umbral de tus temores, dejando tan solo que el tiempo pase y cure algo que sabes que jamás curará, jamás…

No acaricies mi dolor, hazme una propuesta seria sobre esas llaves, devuélvemelas por favor… ni se te ocurra tirarlas a cualquier alcantarilla porque entonces sabes muy bien que mi amor estará condenado a cadena perpetua y yo no quiero eso para mi ¿lo quieres tu acaso?

Deja las llaves en el casillero de los desamores que cualquier tarde yo iré a por ellas, abriré mi celda de ensueños amorosos e intentaré volar si mis alas me lo permiten.

Si mis alas me lo permiten porque las siento dañadas, paralíticas, débiles, frágiles, porque no se muy bien si cuando intente volar lo conseguiré o caeré al vacío, a ese vacío en el que ya nada queda, salvo los recuerdos…

Blondie

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