8 de octubre de 2013

ENCUENTRO CASUAL

Cuando clavaste el alfiler de la rosa en la solapa de mi americana sentí tu presencia demasiado viva, quise escapar pero mis piernas no respondieron a mi impulsos imperiosos de huir y me quedé y sentí que mi sexo se endurecía a su libre albedrío, sin yo pedírselo, le grité y le obligué que volviese a su posición de descanso pero ni caso me hizo y continuó a su aire, juguetón. Y yo mientras me derretía mirando tus ojos y mirando esa piel tan tuya que supe en ese momento que jamás sería mía.

Cuando nos despedimos en la acera de esa esquina en la que jamás pensé que te encontraría, mi sexo y yo nos alejamos apesadumbrados, tímidos, cabizbajos. Te miramos de reojo y te vimos agitar la mano alegre con una amplia sonrisa para despedirnos, para echarnos de tu vida en la que jamás vivimos porque tú jamás quisiste…

Blondie

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