5 de abril de 2008

El Nick de MóniKa

Mónika no quiere coger el metro. Todas las mañanas inventa mil y una excusas para no cogerlo. Se levanta una hora antes para ir en autobús y si se duerme, pues pilla un taxí. Su fobia es absoluta, en cuanto baja a las profundidades del metropolitano su cuerpo se inunda de sudor frío, tiembla como una gacela, pierde el equilibrio y se tambalea como si se hubiese tomado más de una copa, vamos que se siente bastante perjudicada, a pesar de no estarlo.

El domingo de ramos, no le quedó mas remedio que tomarlo, porque tenía que ir al extremo mas opuesto en su ciudad en un muy breve espacio de tiempo y como la causa era mas fuerte que su fobia, decidió cogerlo. Al atravesar el torno de los billetes, comenzó a sudar, pero siguió andando con una idea fija en su mente: al final del trayecto estará él -pensaba-. Avanzó por el interminable pasillo, tambaleándose y al terminar de bajar las kilométricas escaleras mecánicas que había al fondo del pasillo, una pareja de seguridad la cogieron por los brazos enérgicamente, diciéndole: acompáñenos por favor…

Monika, que los veía borrosos, no opuso resistencia y se dejó llevar. La condujeron a unas dependencias, a las que llegó tras atravesar una puerta con un cartel grande que decía: prohibido el paso, zona privada.

Al entrar en el pequeño despacho, totalmente mareada, estaba él.

Monika pestañeó con fuerza varias veces seguidas intentando enfocar su borrosa mirada, ya que no daba crédito a lo que estaba viendo, a no ser que fuese una alucinación, pensaba…

Él, sí, era él, ¡no cabía la mas mínima duda!, pero…¿qué hacía él allí?,¿no habían quedado al final del trayecto en encontrarse?, ¿ese encuentro que hacía mas de un año que estaban ideando?, y que al fin hoy era el día X a la hora H, ¿qué pasaba entonces?, ¿por qué él estaba allí?.

Él, sin dirigirse a ella, ni tan siquiera para mirarla, dijo: Es ella, reténganla, daré instrucciones para que venga el coche oficial.

Monika, totalmente sorprendida empezó a inquietarse al ver que no obtenía respuesta a ninguna de sus preguntas y al ver que la llamaban por otro nombre…

El chofer del coche oficial arrancó a la velocidad de un rayo con Mónika y con él.

- ¿Qué pasa aquí?, preguntó Mónika…
- No pasa nada cariño, simplemente vas a vivir en Casablanca, estarás muy bien, harás favores a grandes señores, grandes amigos míos, para mi beneficio claro…

Y Mónika sintió como la luz se iba apagando de sus ojos mientras él apretaba un pañuelo con fuerza sobre su rostro y escuchaba en la lejanía: ya sabes preciosa, nunca te fíes de un nick virtual…

Blondie

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