5 de julio de 2007

LOS INVASORES

Todavía no entendía muy bien que hacía a miles de kilómetros de su casa pensando en ella, lo había planeado todo muy bien, lo tenía muy controlado, pensaba disfrutar del tiempo en toda su intensidad, saborear cada paisaje nuevo y hablar con gentes diferentes que enriquecerían completamente su persona, no había tiempo para esas tonterías que llamamos recuerdos, no estaba para recordar ni a nada ni a nadie, sin embargo se sentía como un memo pensando en ella…A veces creía que era una especie de droga dura, algo así como el tabaco o los vinitos que echaba de menos cuando no tomaba alguno los viernes, solo encontraba esa explicación, ante semejante invasión en su vida por parte de ella.

El había puesto todas las medidas, ya no tenía el porque sucederle eso y menos tan lejos de casa…pero la muy cabrona estaba allí con él, para joderle el viaje, se estaba empezando a cabrear por segundos, por su maldita debilidad. Eso no tenía el porque pasar, no estaba en sus planes..¿entonces que coño estaba pasando?.

Mario respiró hondo tratando de calmar esa especie de ansiedad que estaba empezando a sentir, por la furia que había ido acumulando durante todo el día, consultó su mapa y marcó los lugares a los que irían mañana, después sintió deseos de tomar una cerveza bien fria y relajarse, se volvió hacía Cristina y rodeándola con sus brazos le dijo, venga vamos a tomar algo…

Cristina protestó, pero lo justo, estaba muy cansada y quería volver al hotel para tomar una ducha, aunque por otro lado le apetecía mucho tomar algo fresquito, así que se dejó llevar, mientras en su mente pululaba el nombre de él….

Los dos estaban en la misma situación, aunque ninguno de los dos sabía lo que le pasaba al otro, cada uno tenía una especie de invasor extraño en su mente que les robaba la tranquilidad y les llenaba de nostalgia y de inquietud, pero ambos callaban…

Los días fueron trascurriendo entre lugares de ensueño, con paisajes diferentes y gentes de costumbres muy distintas, estaba siendo toda una experiencia para ellos, hacían fotos, comían lo típico de esos lugares y observaban todo lo que les rodeaba como dos chiquillos…

Se pegaban unas buenas caminatas que hacía que cada noche llegaran reventados al hotel y cayeran en coma profundo sobre los muelles del colchón, sin que apenas les quedara tiempo o fuerzas para amarse…era agotador viajar todo el día los cuatro, a pesar de que dos no gastaban, ni comían, pero eran cuatro, eso era innegable.

Bueno al menos les salía baratito - pensaba Cristina -, creyendo que viajaban solo tres, mientras Mario se preguntaba, ¿por qué no nos dejará en paz un rato? ¿porqué no entenderá esta tía que es nuestro viaje?, ¿qué coño haces todo el puto día aquí le preguntaba?, creyendo también que eran solo tres, pero nunca obtenía respuesta…


¡Nada!, que no había manera… ¡no se largaban ni a tiros !, era realmente agobiante sentir a cada rato su presencia y aunque había momentos que desaparecían y les hacía pensar que había sido un espejismo, una mala pasada, que ya no volverían mas…luego comprobaban con horror como volvían con mas fuerza….¿Qué podían hacer aparte de preguntarse porque no estaban viajando cada uno de ellos con cada uno de ellos, en lugar de sufrirles tan dentro?

¿Y si se lo contaran el uno al otro?

Pero esa no era la solución creían ambos… Mario pensaba, Cristina jamás lo entendería….¿Qué pensaría Mario si le contaba?,- se preguntaba Cristina - ¿lo entendería?

Una mañana Mario, cansado ya de todo decidió irse con ella a pasar el día, lo había decidido la noche anterior cuando la sentía tan cerca…, le dijo a Cristina que hoy harían una especie de experiencia, que cada uno saldría solo y por la noche se encontrarían nuevamente. No le costó demasiado convencerla, pero aunque le sorprendió no le preguntó pues sentía una imperiosa necesidad de estar solo junto a ella. Cristina se alegró muchísimo al escuchar como Mario le decía eso, como se le había anticipado, pues ella tenia claro que al día siguiente iría sola con él, sin Mario, así que le había ahorrado el tener que proponérselo ella.

Al levantarse Mario, la buscó entre su adormilada mente, pero no estaba, siguió llamándola en la ducha pero tampoco….¡había desaparecido¡,empezó a sentir mucho miedo, sintió una punzada de angustia, no quería que eso sucediera a pesar de…¡no¡, no quería…la buscó por todos los recovecos de su mente, la llamó ahogando un grito para que Cristina no le oyera, estaba desesperado ¿qué iba a hacer él ahora sin ella?, ¿donde estas? - se repetía una y otra vez…-, vuelve por favor….vuelve…¿no ves que te necesito?.

En la cama Cristina fingía dormir mientras las lagrimas se deslizaban silenciosas por sus mejillas, lloraba de pena y de impotencia, por que él no estaba, se había largado…Cristina no podía parar de llorar, sentía una tristeza infinita y un vacío brutal….ven por favor…ven…. se repetía una y otra vez…vuelve por favor…vuelve…¿no ves que te necesito?

Pero Él y Ella no volvieron a las mentes, no volvieron… se habían esfumado, largado…porque querían ir a los lagos, no querían perderse ese paisaje tan sugerente, tan maravilloso, querían verlo… y sabían que ellos no irían….

Blondie

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