11 de junio de 2012

Atchús


El corazón rebota como una pelota de ping pong contra las paredes de su pecho. Es un corazón alterado, sufre de taquicardias. El dolor está acabando con él.

¡Enterradle!, ¡enterradle!, enterrad este dolor… Grita preso de pánico el pobre corazón.

Pero nadie escucha.

Hoy es día de rebajas. No es cuestión de ir de entierro.

De rebajas sí, de rebajas... Rebajas de tus expectativas, rebajas de tus inquietudes, rebajas de lo que bajaste y volviste a subir al altillo.

Si nadie te escucha estornúdalo, es probablemente probable que algo salga entre las minúsculas partículas de tu saliva pulverizada y el dolor se atenúe, aunque sea ligeramente…

Blondie

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