11 de abril de 2010

Internet y el mito de Sísifo


Internet, como todo en la vida tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, yo personalmente disfruto como la mayoría de los humanos del abanico de posibilidades tan abierto que nos ofrece. Es una delicia conectar tu ordenador y tener como digo yo mediante tu pantalla el mundo entero en tus manos. Solo por eso merece la pena haber nacido en el siglo xx, por poder disfrutar de esta herramienta que nuestro siglo nos ha ofrecido.

Pero como todas las cosas de la vida lo bueno siempre tiene el otro lado de la moneda, el lado oscuro y eso es algo que aunque nos cuenten no podemos creer hasta que lo vivimos y lo vemos con nuestros propios ojos.

Bien pues yo lo he vivido y lo le visto in persons, he llegado a ese lugar donde hay una inmensa balconada con vistas a un inmenso precipicio donde he podido ver con mis propios ojos como un hombre sube afanosamente por la ladera de un monte empujando una pesada piedra y cuando está casi a punto de alcanzar la cima, la piedra cae rodando por la ladera del monte y el hombre vuelve a empezar de nuevo, un hombre que cada vez con menos fuerzas, mas agotado vuelve al mismo sitio y vuelve a intentar colocar esa piedra arriba, un hombre agotado por su propia penuria, un hombre castigado por la vida.

Un Sísifo despeluchado del siglo xx, heredero probablemente de nuestro Sísifo de la mitología griega, un Sísifo al que han descubierto su burda astucia mal diseñada y ha hecho enfadar tanto a algunos, que está condenado ya de por vida a empujar esa piedra por la ladera del monte sin lograr jamás alcanzar la cima.

Un Sísifo que tendrá que afrontar que su condena será esa, la de empujar toda su vida esa pesada piedra que el mismo inventó, una piedra de una aleación extraña mezcla de pasiones robadas, fraudulentos juegos, voces engañosas, miedos viscerales y penurias psicológicas y sexuales. Un pobre y triste Sísifo que en su loca paranoia olvidó que en el siglo xx también existen al igual que en la mitología griega, diosas que no están dispuestas a consentírselo…

Tendrá que empezar a aceptar que su flamante, dulce y larga luna de miel ha concluido con su triste condena de empujar una piedra hacia un lugar que no lleva a ninguna parte, que el resto de su vida será un Sísifo subiendo y bajando una montaña sin saber como rodearla…

Blondie

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