El Día que No nos Dijimos Adiós, Simplemente No nos Fuimos...

Una noche de principios de verano con una inmensa luna que empieza a decrecer, te recuerdo, recuerdo las lunas y los soles y el mar y el faro y las gaviotas, esas gaviotas que chillaban histéricas en tu ventana mientras tu me susurrabas a mi todas esas cosas que siempre quise olvidar y nunca pude…

Y mi dolor duele, duele tu ausencia, no por ti, no, si no más bien por tener la certeza que ya nunca sabré porque un día me dolió, que nunca podré entender que fuiste oxigeno en mi aire, inquietud en mi desasosiego, ternura en mi brusquedad, ausencia en mi presencia y compañía en mis noches de desesperación y duelo, que fuiste esa luz que brilló a lo lejos cuando me sentía oscura, que brilló tan lejos que jamás pude alcanzarla, a pesar de verla brillar en el negror de mi mundo que se desmoronaba sin ti, junto a ti.

Y esa sensación de haberte vivido tantas veces…

Y esa sensación de saberte tan familiar, tan mío, tan cercano…

Y esa sensación de no poder terminar la novela, de no saber quienes fueron los protagonistas, quieres rieron, quienes lloraron, quienes sufrieron, quienes se amararon...

Quienes se olvidaron…

Blondie

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