6 de septiembre de 2010

Yo No me llamo Penélope

maliZia kiss canta con Serrat, Penélope

maliZia kiss


Yo no me llamo Penélope, ni mi bolso es de piel marrón, ni mis zapatitos hoy son de tacón. Mi reloj infantil lo cambié por un par de relojes de marca y un buen montón de relojes de mercadillo, de esos que cuando se paran es mejor tirarlos que cambiarles la pila, pero me siento una niña y estoy sentada en el banco de la pequeña estación.

Me gusta este lugar, es un andén silencioso, muy pequeño, tan solo tiene un banco, una pequeña techumbre para protegerte del sol y un reloj. Hace mucho calor, muchísimo calor. No estamos en abril ni el día es plomizo, estamos en agosto y la luz blanca lo ilumina todo, hasta mi mirada… Mi sombrero blanco de ala ancha apenas si me protege del sol, tan solo un trozo de trapo con tirantes cubre mi piel dorada, estoy inquieta pero no soy una pobre infeliz, aunque la felicidad es un invento, un marketing, un logotipo que nos venden y no existe, tan solo existen instantes felices y este es uno de ellos. Sin llamarme Penélope, sin bolso de piel marrón, ni zapatitos de tacón, sin tan siquiera ir vestida de domingo, soy un corazón rico y feliz, con chanclas y una bolsa de tela donde guardo mi factor de protección.

Mi mirada se pierde en el infinito de la vías hasta ese lugar aún más infinito donde mi mirada ya no alcanza a ver más, pero sabe que hay más, que las vías continúan y te llevan a esos lugares lejanos y desconocidos a los que no has ido y que con tan solo imaginarlos sientes nostalgia, un pequeño poso de tristeza y unas inmensas ganas de montarte en ese tren. Aunque el caso contrario también ocurre, vas en el tren, entra en la estación suavemente, aminorando la marcha y ves el andén, después arranca y acelera dejando tras de ti la estación y al mirar desde la ventanilla de tu tren sientes unas inmensas ganas de quedarte allí sentada en el banco de esa estación bajo el reloj como Penélope.

No añoro con tristeza que vengan a buscarme, ni espero que él se compadezca de mi, se que va a venir porque desea intensamente hacerlo, se lo que siente por mi aunque no me lo haya dicho jamás, se que su deseo se ha transformado en algo mucho más intenso, aunque no pienso preguntárselo, algún día me lo dirá… Pero sí, me gusta soñar y disfruto tejiendo los sueños, es una preciosa labor de petit point para mi mente, no pienso dejar de soñar jamás mientras mi cuerpo tenga temperatura…Mis rosas nunca se marchitarán, siempre beberán de mi agua y los pétalos que caigan estarán prensados en mi alma antes y después de muerta, siempre habrá un sitio para ellos alli…

Todo esto pienso cuando veo que el tren silba a lo lejos y se acerca, para frente a mí, las puertas se abren y él baja al andén. Nos vemos y le regalo una ligerísima sonrisa y una mirada llenita de ayer. Nos saludamos cordialmente y sin mediar más palabra salimos juntos de la estación hacía ese lugar desconocido que juntos vamos a compartir.

Lo que pase después es una incógnita, pero eso en este instante es lo que menos importa…

Blondie

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