23 de noviembre de 2006

SI volviera a nacer........


Si volviera a nacer, volvería a hacerlo, mil veces que volviera a nacer, mil veces volvería a hacerlo…

Nunca había vivido al margen de la ley, Bárbara era de buena cuna y hasta pagaba sus impuestos religiosamente. Cuando se casó con él se sentía absolutamente enamorada le quería y le admiraba, le parecía un tipo muy inteligente y además aprendía mucho a su lado de la vida. No concebía la vida sin él, porque él lo era todo, con el aprendió y viajó y lloró y sintió, con él descubrió el sexo y el amor y la complicidad, con él vivió los momentos mas tristes de su vida y los mas hermosos. Guillermo era todo y sin él ella era nada.

Y como le quería… era tanto el amor que sentía por él que muchas veces le dolía, pero allí seguía contando las horas para verle, con él reía y era feliz.

Él la mimaba, la amaba hasta decir basta, la acunaba y la protegía, él poco a poco la había convertido en una mujer y para todos eran la pareja perfecta, todos envidiaban su amor…él solo vivía para ella y por ella y siempre tenía una palabra bonita o unas flores, No se planteaba hacer nada sin ella, solo quería compartirlo todo y para toda la vida…

Vivían muy cómodamente, rodeados de bienestar y sin problemas económicos, disfrutaban de los placeres de la vida, de los amigos y de los viajes, y eran guapos…tenían eso que ahora llaman “glamour”, una pareja deseada por muchos de los mortales que los conocían y les trataban.

Los dos tenían una relación de confianza y respeto, los dos se deseaban se querían se acoplaban perfectamente y eran felices en su mundo de bienestar, entre conciertos y vida intelectual, entre juergas y momentos lúdicos, entre sensaciones y sentimientos.

Habían iniciado un camino juntos y cuando se casaron lo enriquecieron, lo agrandaron, lo multiplicaron…..y se sentían los dos muy enamorados.

Tuvieron una hija, preciosa, tan preciosa como ellos, una niña a la que rodearon de cuidados y de amor, a la que dieron, tal vez, demasiados caprichos, pero que era el motor de sus vidas, el eje de su relación. Y así Carola fue creciendo rodeada de amor…

Celebraron los cumpleaños de Carola desde que era pequeñita, con autentica pasión, hicieron para ella las fiestas mas increíbles, la rodearon de peluches y de caprichos, de Reyes y Papa Noel, de colegios de elite y profesores particulares, de internados en colegios caros, en varano en Escocia, para su formación, Carola era una niña muy guapa y a sus quince años se dibujaba ya un proyecto de mujer maravillosa... era alta y guapa y tremendamente atractiva, no faltaba nunca en casa el repiqueteo del teléfono de algún chico de su edad enamorado y solícito, ni los constantes pitidos en su móvil por la multitud de mensajes que recibía. La vida le sonreía y Bárbara era feliz viendo creer a su hija y comprobando que tenía por delante toda una vida llena de todo…

Aunque Carola tenía las cosas propias de su adolescencia, esos cambios bruscos de humor y esas malas respuestas, era una niña buena y cariñosa, adoraba a su padres y Bárbara, aunque a veces perdía la paciencia con su respuestas, no podía dejar de reconocer que había tenido mucha suerte en la vida con Guillermo y con Carola….

Una tarde, de esas que Bárbara merendaba con su amigas y charlaban, se empezó a sentir mal, se encontraba mareada, no sabía que le pasaba y decidió volverse a casa, pensando que tal vez estaba incubando cualquier virus.

Cuando abrió la puerta no había nadie, la casa estaba en silencio y oscura, así que decidió tomar una ducha y acostarse, pensando que así se le pasaría…

Se desnudó y cuando estaba a punto de meterse en la ducha recordó que el Gel para su alergia estaba en el baño del fondo-esta maldita casa, tan grande, pensó- así que se dirigió a él medio desnuda para cogerlo y al aproximarse escuchó unos ruidos extraños que salían del cuarto de Carola,-¿Qué era eso?, parecían como gemidos….

Abrió la puerta suavemente y vio a Guillermo encima de Carola haciéndole el amor…, no la estaba violando…no la estaba follando…le estaba haciendo el amor y susurrándole unas cosas maravillosas…¿ o se la estaba follando? Guillermo acariciaba a Carola que tenía los ojos cerrados y gemía, gemía, gemía mientras decía mas…..mas……..mas…….parecía los dos muy felices Carola rodeaba con sus piernas la cintura de Guillermo y los dos se movían compulsivamente con furia, como jamás se había movido él con ella...estaban sudando e inundados de placer, una de las manos de Guillermo agarraban con fuerza las nalgas de su hija mientras mordísqueaba su boca hablandole... y esta en cada movimiento gemía y le incorporaba con una fuerza tal que la cama se tambaleaba, botaban en el colchón jadeando y jadeando… Carola abrió los ojos y mirándole le dijo- despacio, despacio…que no se termine nunca…, me gusta…mientras Guillermo le besaba por la cara, por el cuello, por el pecho… y.....


Y Bárbara pensó que era evidente que existía entre ellos algo que a ella se le había escapado...que conocían sus cuerpos y disfrutaban, que habían tenido ya muchos orgasmos….. y mil preguntas se agolparon en su cabeza, mil preguntas sin respuesta...¿como era posible? ¿Guillermo...su niña...? ¿cuando habría empezado todo aquello? ¿en que había fallado ella? su niña....era una niña.......¿como podía Guillermo hacer semejante cosa? ¿y Carola? ¿Sabría lo que hacía? ¡¡dios mío¡¡... ¡¡¡dios mío¡¡¡, martilleaba su mente... ¡¡su hija¡¡...y no parecía engañada...parecía gozar y querer mas…

Bárbara no daba crédito a lo que estaba viendo, ellos no se habían dado cuenta de su presencia y continuaban amándose…y Bárbara sintió un mareo terrible, sentía que se desmayaba…no podía pensar en nada, todo le daba vueltas, retrocedió cerrando despacio la puerta y fue como una autómata a la cocina, abrió el cajón de los cubiertos y sacó ese enorme cuchillo, con su mano temblorosa, ese que tenían para la carne, mientras el vómito le resbalaba por su cara, por su cuello...volvió a la habitación de Carola y entrando descalza, sigilosa…clavo con saña el cuchillo en la espalda de Guillermo una y otra vez…con la mirada perdida y llena de lágrimas, sin emitir ni una sola palabra, ante los gritos desesperados de Carola…Cien puñaladas dijeron en el juicio.

Descolgó el teléfono y con su mano ensangrentada y la mirada perdida, llamó a la policía…

Cuando la juzgaron y le preguntaron dijo: Si volviera a nacer, volvería a hacerlo, mil veces que volviera a nacer, mil veces volvería a hacerlo…

Blondie

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