Tras el cristal empañado podía intuir su silueta. Lo limpió frotándolo con la manga de su jersey, pero continuó sin poder verle bien. El cristal estaba helado por fuera y a pesar de limpiar el vaho interior la silueta continuaba difusa.
Él no quería entrar en el calor de su hoguera.
Ella no quería salir al helador y gélido frío de su corazón.
Ambos tenían miedo.
Blondie