6 de diciembre de 2011

Eternidades


Se conocieron un día hace ya unas cuantas eternidades, ambos supieron lo que pasaba y no quisieron verlo, se refugiaron en los chistes, en las bromas y en las mentiras. Ese fue su parapeto para sentirse ambos a salvo.

Cantaron a la luna y a las estrellas en los eternos anocheceres, quisieron creer que nada importaba, que todo era un juego banal, que nada existía, que todo era fantasía adquirida en su fábrica de sueños y continuaron su camino sin volver la vista atrás y atrás quedaron las eternidades vividas segundo a segundo, las dudas empapadas de alcohol, las disputas maquilladas de deseo, la rabia contenida y la infinita tristeza de no entender porque sucedió todo aquello.

Y el tiempo pasó y emborronaron sus recuerdos, quedaron en sus mentes difusos, perdidos en un quiero recordar pero no recuerdo porque no quiero recordar.

Y el tiempo se llevó las eternidades vividas, las sensaciones ya dormidas, las noches esperadas y los amaneceres teñidos del aroma de sus encuentros.

Y el tiempo se llevó todas esas eternidades, las llevó lejos, tan lejos que no pueden ya encontrarlas aunque quisieran buscarlas, que no quieren, porque no quieren revivir el dolor pasado, no quieren ahondar en los errores ni pensar en ellos, prefieren pensar que unas cuantas eternidades vividas se perdieron en la inmensidad de ese universo que un día creyeron rozar con sus susurros…

Blondie

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