9 de noviembre de 2011

Vanguardismo en La Piel



Su melena ondulada se enredaba entre sus manos. Él pasaba los dedos y se quedaban atrapados entre sus rizos. Ella se dejaba hacer…

Pasaron tiempo y tiempo aprendiéndose el tacto de sus pieles, el aroma de cada uno de ellos, se miraban, se acariciaban se besaban y él volvía a enredar sus dedos en la ondulada melena de ella.

Y continuaron, pasando el tiempo lentamente, mirándose, acariciándose, besándose…

Y sus cuerpos se estremecían con el contacto, las yemas de sus dedos se deslizaban lentamente por la piel del otro jugueteando, haciendo dibujos imaginarios más parecidos a una pintura vanguardista, ininteligible pero hermosa, sus dedos dibujaban lentamente todo aquello que sentían, sus dedos eran sus pinceles y sus sensaciones sus óleos.

Y continuó pasando el tiempo entre dibujos abstractos, miradas que hablan, besos húmedos y caricias que estremecen.

Sus sexos no existían, tan solo su piel y su olor y esa angustiosa necesidad de fundirse los dos en uno, de meterse el uno dentro del otro y quedarse allí unidos, juntos, para siempre…

Sus jadeos aumentaron, sus respiraciones se hicieron cada vez más entrecortadas y se regalaron en sus bocas sus orgasmos. Cada uno le dio al otro el suyo y ambos se deslizaron despacio por sus gargantas hasta lo mas hondo de su ser.

Blondie

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