De vuelta a casa, por Navidad…

Durante dieciocho días he tenido un maravilloso y largo viaje a lugares helados conmigo misma. Es imposible transcribir en este diván, del loko por supuesto, todas las vivencias, las sensaciones y la intensidad vivida y desgranada por mi, segundo a segundo, bebida y saboreada, deliciosamente saboreada...

Ha sido eso, un pulso conmigo misma, un pulso con la vida, con lo real, lo tangible, una escapada de la locura absurda y virtual, una toma de conciencia con la realidad, con esa hermosa realidad que se llama vida y así he vuelto, llena, impregnada de ella, de esa vida real en la que te das cuenta que en el mundo hay rincones preciosos, gentes buenas amables y cariñosas, abiertas y sonrientes que son felices con poco, que dan sin pedir...

Era algo que me debía, una de las muchas asignaturas pendientes que tengo en mi vida y esta al fin la he aprobado y con buena nota...

Para mi ha sido una experiencia inolvidable. Tan solo podré poner pequeños esbozos, pinceladas de algo que para mí ha significado un montón de cosas aunadas en una sola:

Yo misma, simplemente yo misma…

Blondie