30 de septiembre de 2010

Clarividencia


De repente después de tantos años lo entendí, era un pobre diablo, un pobre infeliz, un burdo coleccionista. Coleccionaba amantes, le daba igual la raza o el color de su piel, la edad que tuviesen o su belleza o su fealdad, para él eran trofeos conseguidos tras una persecución cautelosa e implacable, las llevaba a su terreno, las engañaba, las encandilaba, les hablaba de amor y después se las follaba. Así era ese pobre diablo, con un cuerpo castrado de hombre débil, con una mente castrada de hombre enfermo. Me costó mucho tiempo entenderlo pero al final lo entendí…

Un pobre y triste diablo de barro, un burdo amante oscuro, un individuo mentalmente deformado por su propia miseria, un ser corrupto, un mirón y puede que tal vez un eunuco. Así era él, ese pobre diablo de mirada chocolate, de voz amorfa y locura febril, ese pobre diablo de apariencia sana y comportamiento hostil. Me costó mucho tiempo entenderlo, pero al final lo entendí…


Blondie

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