12 de noviembre de 2009

FOXP2

La mutación de un solo gen está detrás de la capacidad humana de comunicarse mediante el lenguaje, una característica que nos diferencia del resto de los primates. Se trata del gen FOXP2, cuya relación con el habla ya se conoce desde los años 90.

Ahora, en una investigación que publica la revista 'Nature', se ha descubierto que la alteración de dos aminoácidos en la cadena de una proteína codificada por este gen cambia la función de ésta y permite encender y apagar más de un centenar de genes, lo que nos otorga la capacidad de expresarnos verbalmente.

El hallazgo no sólo es importante para explicar una mutación que fue fundamental en nuestro pasado evolutivo, sino también para encontrar tratamientos para personas que tienen alterada esa capacidad, como los autistas o los esquizofrénicos.

La investigación, realizada por las universidades de California y Emory (Georgia), partió de una sospecha que ahora se ha confirmado: entre los humanos y los chimpancés hay dos mutaciones que afectan al FOXP2 y que facilitaron que la lengua emergiera en los humanos.

«Nuestro trabajo es el primero que examina los efectos de esos cambios en nuestras células. Comprobamos que las versiones de ese gen en humanos y chimpancés no sólo parecen diferentes, sino que sus funciones también lo son y ello puede explicar porqué los cerebros humanos tienen el circuito del habla y los de otros primates no», explica Daniel Geschwind, uno de los biólogos firmantes de este trabajo.

El biólogo español Carles Lalueza, de la Unidad de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) añade otra conclusión importante: «Esta investigación nos revela que, aunque estamos muy relacionados genéticamente con los chimpancés, el resultado final es que somos muy diferentes porque hay pequeñas mutaciones, como éstas, que dan lugar a cambios muy importantes porque afectan a muchos otros genes».


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Blondie

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